La solución es simple: quédate en Bitcoin
Por Moris Beracha
Bitcoin es el proyecto de computación distribuida más grande del mundo. Entre sus virtudes está el ser resistente a la censura. ¿Por qué? Porque nadie puede evitar que actor alguno interactúe con los demás de la manera que elija. Esto quiere decir que por su diseño y concepción es absolutamente democrático y libre.
La denegación de acceso en el mundo Bitcoin solo puede ocurrir en puntos finales centralizados (como los intercambios) o cuando se interactúa con el mundo FIAT.
Recordemos que este sistema -también conocido como dinero fiduciario- es emitido por un gobierno o autoridad financiera y se utiliza como forma de pago. De esta manera, se ha construido una alternativa de inversión que separa el dinero del Estado, lo que significa un gran paso adelante para la humanidad.
El Bitcoin se convierte así en una vía global e inclusiva porque cualquier billetera puede enviar, recibir, y/o transar con cualquier otra billetera; independientemente de la nacionalidad, las intenciones o las opiniones políticas de los propietarios.
Es así como desde el punto de vista filosófico, el Bitcoin es un criptoactivo que no se limita a áreas geográficas, ni a edades, razas, géneros ni en líneas arbitrarias dibujadas en los mapas. A la red Bitcoin solo le importa si una determinada cartera tiene una cantidad suficiente. Si eso es cierto, la transacción se completará.
La teoría de juegos sobre la que se ha establecido desde el día cero la red Bitcoin se asegura de que todos los participantes actúen basados en el mejor interés. Esto se logra proporcionando incentivos económicos a cualquier actor, siempre colocándolas por delante las buenas intenciones.
Para ejemplificar de qué ser trata esto, podemos decir que será más rentable para un minero de Bitcoins confirmar las transacciones en lugar de tratar de manipular el tradicional libro mayor de contabilidad.
Esa confirmación logra una recompensa en bloque; en cambio, verificar una transacción por la vía contable es un desperdicio de recursos porque es costoso en tiempo y dinero, pero además hay que lidiar con el hecho de que el resto de la red no estará de acuerdo con la legitimidad de la transacción.
Sin duda alguna, esa característica basada en la versatilidad sin fronteras, que rompe con las reglas establecidas por el dinero fiduciario, ha hecho que el Bitcoin siga creciendo en confianza y adeptos.
Su estrategia de inversión es sólida y no importa qué avatares deba enfrentar el mercado, este criptoactivo sigue desarrollándose y plantea soluciones de inversión que lo llevan a uno a convencerse de su durabilidad y fortaleza.