Los cacahuatazos que fueron acuerdo

Por Ricardo Ortiz

México se salvó de una catástrofe económica al haber llegado a un acuerdo con los Estados Unidos y aceptar lo que fuera para no amanecer el 10 de junio con un régimen arancelario del 5% a todos los bienes nacionales. 

Se negoció por casi una semana y parecía que Marcelo Ebrard no la iba a librar con las herramientas que tenía. Se fue el canciller mexicano con su joven vocero (el “diplomático” de los cacahuates) a Washington desde el 31 de mayo, para ser recibidos el 5 de junio por Mike Pompeo y el vicepresidente Mike Pence en la Casa Blanca.

De los otros secretarios que fueron a Estados Unidos, es mejor no hablar, porque ellos en si, no resolvieron mucho. 

Todo esto se alargó hasta el viernes 7 de mayo y se cerró un acuerdo en el Departamento de Estado. 

Aunque se presumió que se separarían los temas migratorios y los comerciales, la realidad es, que el tema migratorio fue el factor clave para poder encontrar un punto de negociación. Donald Trump sabía que a México le costaría trabajo ese tema en particular. 

Marcelo Ebrard tenía que regresar victorioso a México con un papel firmado en donde se leyera que no habría ningún arancel desde la fecha amenazadora (pareciera un D-Day), él mismo entendía que tendría que ceder ante EU para conseguir un acuerdo y hasta cierto punto arriesgarse a cambiar alguna retórica política del presidente López Obrador.

En efecto, en la tarde del viernes 7 de junio se dio el acuerdo que tanto necesitaba Marcelo para su futuro político y para salvar al país. Salió del Departamento de Estado “victorioso” y habló con la prensa que llevaba casi 10 horas esperando un resultado de la negociación con Pompeo. El canciller agradeció el apoyo de toda la gente y a su lado estaba el joven vocero (no traía cacahuates), la embajadora Marta Barcena y una comitiva de diplomáticos mexicanos. Se explicaron los puntos a detalle, pero se entendieron mejor cuando el Departamento de Estado publicó un documento oficial en referencia a la negociación dada: 

  • México se comprometió a partir del 10 de junio a enviar 6 mil miembros de la Guardia Nacional (¿los tendrán físicamente?) al sur del país y a la frontera con Guatemala para frenar la entrada de miles de migrantes centroamericanos que buscan llegar a los Estados Unidos.
  • Estados Unidos regresará a México, a todos los migrantes que hayan solicitado un asilo en ese país. El tiempo es indefinido, lo cual puede ser critico para México. Dicho documento se llama Acta 235. 
  • México se compromete a darle oportunidades de trabajo a todos los migrantes que fueron regresados de EU; servicios de salud, escuela, apoyo financiero y hasta hogar. 
  • Se estará revisando el Plan de Desarrollo para el Sur de México y la región de Centroamérica.
  • México tiene 90 días para dar resultados, de lo contrario, se volverán a dar las negociaciones y se podrían aplicar los aranceles. Marcelo dice que tiene el Gobierno federal 45 días para bajar el flujo migratorio.
  • México se estaría comprometiendo a comprar una cantidad más grande de productos agrícolas. Sin embargo, según el mismo canciller mexicano esto nunca fue negociado.
  • Otros acuerdos negociados los dará a conocer el mismo Gobierno de la Casa Blanca próximamente. ¿Qué esconde el Gobierno federal?

Ya para el domingo y en Tijuana, la estrella y el héroe nacional en el acto de unidad de AMLO fue sin duda alguna el canciller mexicano. Habló de los puntos negociados a su modo y declaró fervientemente que salió intacta la dignidad mexicana.

No considero que haya sido para nada una victoria mexicana, sino fue la única opción que tenía la delegación mexicana para poder negociar algo. Lamentablemente, la situación de los cacahuates hace mucha referencia a lo que pasó en Washington: tuvimos que tragarnos los cacahuates y aceptar todo lo que nos dijera Estados Unidos. No nos quedaba de otra.

Las críticas se han hecho notar constantemente, pues algunos dicen que fue una victoria contundente para México y otros han resaltado que de ninguna manera se ganó, sino todo lo contrario.

El Gobierno de Donald Trump utilizó a México como escaparte para su inicio de campaña y para desviar la atención de ciertos temas que son bastante peligrosos dentro de la Casa Blanca.

Una cuestión que me es bastante curiosa, es el hecho de saber que en marzo se dio en Miami una reunión secreta entre Olga Sánchez Cordero y la ya cesada Kirstjen Nielsen, exsecretaria del DHS. En dicho encuentro, ya se había acordado que México reduciría el flujo migratorio y el mismo país mexicano serviría como un refugio para todos los migrantes que solicitaran asilo en los EU. Los principales puntos fronterizos serían los ideales para que dichos migrantes esperan su tramite y se les daría lo prometido como en éste nuevo acuerdo.

¿Qué podemos decir sobre todo esto? Simplemente que México no se encargó de hacer lo que le pidió el gobierno de la Casa Blanca. Tuvo su tiempo e hizo caso omiso de lo acordado en Miami. En pocas palabras, el Gobierno federal se pudo haber ahorrado todo este gran numerito diplomático-político, si todo se hubiera hecho como se había acordado. 

Mi pregunta es: ¿Quiénes pueden aplicar al programa Remain in Mexico 235 Act y quiénes no? ¿Solamente los migrantes que han solicitado asilo en EU o en general todos?

Las cifras del DHS reportan que desde enero hasta mayo han sido detenidas 485 mil personas sin papeles en la frontera de México con Estados Unidos. Se calcula que en total hay más de 97 mil solicitantes de asilo en la nación americana, pero que no necesariamente se encuentran detenidos. Otra cifra dice hasta 50 mil solicitantes se encuentran recluidos en la línea fronteriza o en los distintos centros de detención.

Como usted puede ver, es bastante preocupante que México se haya comprometido a ofrecerle a los migrantes centroamericanos todos los servicios ya enumerados en renglones anteriores. Por donde se vea, México es un Tercer País Seguro, puede ser de facto o entre comillas, pero la realidad es, que recibimos cacahuates a cambio de que no nos impusieran los aranceles previstos. 

¿Habrá sido uno de los peores acuerdos diplomáticos efectuados por México? Solo veamos el tratado Mclane-Ocampo.

Los cacahuates se nos acaban en 90 días, ya veremos si nos siguen dando más o si nos imponen los aranceles que pueden tumbar a la economía mexicana. 

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