La Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina confirmó que las cámaras de seguridad instaladas en la patrulla donde fue subido el estudiante Marco Antonio Sánchez luego de su detención el pasado 23 de enero, se encontraban averiadas desde noviembre del año pasado.
De acuerdo con un comunicado, las cámaras no funcionaban debido a un corto circuito que desde el 8 de noviembre de 2017 no se reparó.
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Cámaras de seguridad del C5 lograron captar cinco imágenes del momento en que el joven era subido a la patrulla para dejarlo libre calles más adeltante, según lo informó el procurador Edmundo Garrido.
También se expusieron imágenes del momento en que Marco Antonio se dirigía a la estación del Metrobús El Rosario segundos antes de su detención, sin embargo, debido a las fallas en los sistemas de videovigilancia no se tienen más pruebas de la ruta.
#InformaPGJ En el caso del adolescente, comprueban peritos que cámaras de la patrulla se encontraban averiadas desde el 8 de noviembre https://t.co/m3GNU0NYth
— Procuraduría CDMX (@PGJDF_CDMX) 3 de febrero de 2018
REVISARAN PROTOCOLOS
El jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera indicó que la detención del adolescente de 17 años detenido en Azcapotzalco provocará que se realice la revisión de los protocolos de actuación cuando se detenga a un ciudadano.
Admitió que por el momento los sistemas de videocámaras de las patrullas de la Ciudad de México no podrán ser renovadas debido al recorte federal al Fondo de Capitalidad.
Con respecto a los informes de salud de Marco Antonio, indicó que el Gobierno capitalino no podrá proporcionar los informes médicos.
"Aunque tuviéramos informes médicos nosotros no podemos, no debemos dar esa información", dijo.
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