El enésimo choque de López Obrador con la academia y estudiantes

Foto: EFE

Por Juan Carlos Espinosa

Ciudad de México.- El gobierno federal buscar dar la estocada final al prestigioso Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) con el fin de anular a los profesores que se han revelado contra la designación de un director afín y terminar así un conflicto que ha llevado a una huelga de estudiantes.

La pugna en el CIDE es el enésimo enfrentamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador con la academia, el gremio científico y los estudiantes universitarios.

En octubre, el mandatario dijo que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las más grandes de Latinoamérica y en donde cursó la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública, se volvió conservadora.

“Es lamentable que la UNAM se haya derechizado como sucedió en los últimos tiempos”, dijo el mandatario el 22 de octubre durante su conferencia diaria.

Pero a diferencia de otros choques, en el CIDE la tensión se ha ido acumulando durante meses y llegó a su punto más tenso a finales de 2021.

El actual director, José Antonio Romero Tellaeche, fue ratificado en noviembre después de cuatro meses de interinato pese al rechazo de la comunidad.

Romero Tellaeche no cuenta con el apoyo de los profesores y los estudiantes y se le reprocha su cercanía con el presidente.

Durante su gestión interina, fueron despedidos académicos y altos cargos de puestos clave por “pérdida de confianza” y “rebeldía”.

Esta situación llevó en noviembre a los estudiantes a tomar las instalaciones de Ciudad de México —liberadas el pasado sábado como medida sanitaria por el aumento de contagios en el país— en protesta.

A las afueras del campus, el pasado 12 de enero, Eduardo Muñiz, estudiante del máster de Administración y Políticas Públicas, de 32 años, criticó la falta de voluntad de la dirección y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el ente del Gobierno que gestiona al CIDE.

“Es la primera vez, en medio siglo de existencia de esta institución, que existe un conflicto estudiantil de esta naturaleza, siempre que hubo alguna demanda concreta rápidamente encontrábamos eco del lado de la dirección”, lamentó la pasada semana en entrevista con Efe.

ELECCIÓN DEL DIRECTOR

La llegada de Romero Tellaeche a la dirección no contó con el aval del consejo académico, integrado por los profesores.

Después de su designación oficial, Romero Tellaeche tachó a la institución como “neoliberal”, una crítica similar a las que vierte el presidente López Obrador.

Lejos de buscar un diálogo con los estudiantes -que exigen el cese del director y estar presentes en las tomas de decisión del centro- la dirección y el Conacyt han redoblado sus críticas a los manifestantes.

“El director me llamó una vez para reclamarme que yo era muy crítico con el Gobierno y con su proyecto de dirección. Es increíble pero, tras más de 10 años de experiencia, me despiden quizás por las críticas más tibias que he hecho”, comentó a Efe un ex alto cargo del CIDE destituido y que pide el anonimato.

El presidente López Obrador ha mostrado su apoyo al director y el pasado noviembre reiteró que el CIDE, así como la UNAM, se ha derechizado.

“Aunque no les guste, pero mi pecho no es bodega, siempre digo lo que pienso, pero además es evidente, del dominio público, no estuvieron (el CIDE) a la altura de las circunstancias frente al saqueo más grande que se cometió en la historia de México (en referencia a todas las administraciones pasadas)”, señaló el mandatario recientemente en una de sus conferencias de prensa diarias.

Estas palabras no han ayudado a desatascar el asunto y los alumnos censuran que se les meta a todos en el mismo saco.

“(El presidente) nos ha ofendido mucho en muchas formas, creo que debería tomar en cuenta que el CIDE es una de las instituciones con mayor diversidad de pensamiento”, explicó Abigail Basañez, estudiante de tercer semestre de la licenciatura en Economía, de 19 años.

REFORMA DE LOS ESTATUTOS

La dirección y el Conacyt se enfrentan a una paradoja: tienen las riendas del centro, pero sin el visto bueno de los docentes, quienes argumentan que debieron ser consultados y tomados en cuenta como un filtro en el proceso de selección del director.

Pero el Gobierno asegura que el nombramiento -que ya ha sido impugnado por la comunidad- se hizo legalmente y con apego al reglamento.

Para corregir este impás, el Conacyt propuso una reforma a los estatutos para que el profesorado, y los órganos internos en donde están representados, queden como meros observadores, según se destacó en la prensa local.

“Yo cada día tengo más claro que lo que quieren hacer es una purga de profesores incómodos”, insistió el ex alto cargo anónimo.

La reforma iba a ser votada el viernes, pero se suspendió por un error en la convocatoria, un balón de oxígeno para los manifestantes.

Efe intentó sin éxito ponerse en contacto con Conacyt para obtener su versión sobre el conflicto.

IMCM