Incrementa consumo de carnes rojas y ultraprocesados en México

En México existen diferentes factores determinantes para el consumo de alimentos, entre ellos están el socioeconómico, el demográfico y geográfico. En el caso del sur del país, principalmente en zonas rurales, la alimentación es a base de maíz y frijol, en cambio en el norte es común la alta ingesta de carnes rojas, lo que implica daños a la salud e impide la sustentabilidad, reveló un estudio hecho por expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, Louise Guibrunet afirma que, la dieta tradicional mexicana, que antes era predominante en la nación, ahora es la principal de una proporción pequeña de la población que apenas llega a seis por ciento.

En el estudio, titulado “Determinantes socioeconómicos y demográficos del consumo de alimentos en México” publicado en la revista “PLOS ONE”, Ortega Ávila expone que “la transición nutricional contribuye a que las personas se enfermen con más frecuencia, por padecimientos relacionados con la alimentación como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

En el tema de sustentabilidad, Guibrunet expuso, “es preocupante la alta deglución de carne que sustituye a proteínas vegetales como el frijol. La de res, en particular, tiene un impacto ambiental mayor”.

En la producción de un kilo de carne en comparación con el cultivo de un kilo de frijol, se registra un alza de 30 a 100 veces más la emisión de gases de efecto invernadero y se necesita de seis a 40 veces más área agrícola, además de cuatro a siete veces más agua.

Los investigadores también identificaron cuatro grupos en la población: “Alimentos básicos”, que presentan una proporción relativamente mayor de consumo de maíz y legumbres (frijol), el 6% de la población.

El 26% de la población come aproximadamente más frutas, verduras y lácteos e incorpora comestibles de manera equilibrada, este conjunto de la población se denominó el “grupo prudente”.

También está el grupo, “alto en carne” que, por solo mencionar el nombre es evidente que el consumo de su alimentación se basa en carnes rojas y cereales, otro grupo denominado “bajo en frutas” es aquel que ingiere más aceites, grasas, huevo y azúcar, presentando una menor proporción de fruta, carne y verduras, este es el 8% de los habitantes.

La recomendación de los expertos es que la población pueda recuperar la dieta tradicional mexicana y mejorar la calidad de vida y salud en el país.

En tanto, Ortega Ávila refirió que hay más adultos mayores que siguen la alimentación tradicional a diferencia de los jóvenes, por lo que posiblemente se pierde su consumo. Los programas educacionales deberían de enfocarse a este último grupo y proponer programas en escuelas públicas.