Ve PAN 'cínica y abierta impunidad con reiterado tráfico de influencias' de los hijos de AMLO

Foto: Cuartoscuro

Redacción

Ciudad de México.- Marko Cortés Mendoza, presidente nacional del PAN, dijo que desde el primer día del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, éste demostró “su desprecio por la ley y el Estado de derecho, pero ahora, con el reiterado tráfico de influencias por parte de sus hijos, México entró en la peor etapa de corrupción del país, de una cínica y abierta impunidad”. 

En su habitual comunicado dominical, indicó que el país está siguiendo los pasos de las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela, donde los vástagos y más cercanos de los mandatarios se enriquecen, sin que haya fiscalías o procuradurías de justicia que se atrevan a investigar sus actos ilegales y mucho menos a castigarlos. 

“López Obrador promueve y justifica la corrupción de sus más cercanos. Esta actitud es clarísima en un ejemplo reciente. Cuando se reveló que un secretario de Estado utilizó aviones militares para irse de vacaciones con su familia e invitados, pagando hoteles y restaurantes de lujo, el presidente respondió: '¿Y qué? ¿Cuál es el problema?'”, recalcó en su texto el líder blanquiazul. 

Cortés Mendoza trajo a colación que hay muchos ejemplos a lo largo de estos más de cuatro años de mandato, sin embargo, resaltó el que tiene que ver con Andrés Manuel López Beltrán, cuyos amigos se han beneficiado con contratos de 100 millones de pesos, pero “López Obrador dijo que 100 millones de pesos 'no son nada'”, lamentó el panista. 

DINERO A OBRAS Y CASAS GRIS 

Recordó que para López Obrador el proyecto del nuevo Aeropuerto en Texcoco era sinónimo de corrupción y ahora resulta que, mediante el llamado “Cártel de Andy”, los amigos de su hijo obtuvieron millones de pesos para encargarse del Parque Ecológico del Lago de Texcoco, un proyecto que se ofreció en campaña y que no se concreta. 

Apuntó que los conflictos de interés son habituales en la familia presidencial, dado que José Ramón López Beltrán, primero vivía en la Casa Gris de Houston y luego en una casa de Coyoacán, ambas, propiedad de personas que reciben contratos del gobierno federal.  

IMCM