William Dorsey Swann: La queen que existió antes que el drag

Foto: Canva

Por María Fernanda Delgado

Para la diva que nos enseñó, contradiciendo al dictador ruso Joseph Stalin, que sí se puede hacer una “revolución con guantes de seda”.

Dado que los estudiosos del tema sitúan los orígenes del drag en el teatro isabelino, en plena segunda mitad del siglo XVI, las circunstancias de la época y la clandestinidad en la que se desarrolló hicieron que los nombres que mantuvieron con vida este arte se difuminaran con el paso del tiempo.

Sin embargo, hay personajes cuyo ejemplo e influencia rompieron los paradigmas en su era, tal es el caso de William Dorsey Swann, considerado la primera persona en reconocerse a sí mismo como drag queen y el primer estadounidense en resistirse a la autoridad en favor de los derechos de la comunidad LGBTIQ… Esta es su historia.

DE LA ESCLAVITUD A LA REALEZA

La segunda mitad del siglo XIX trajo grandes cambios en la sociedad de Estados Unidos, en la que, al final de una guerra devastadora que asoló gran parte de su territorio, se logró la abolición de la esclavitud. Miles de personas se vieron libres del trabajo forzado de forma progresiva y una de ellas fue un joven afroamericano llamado William Dorsey Swann. 

Nacido en una granja de Maryland alrededor de 1858 y registrado como “propiedad” de una mujer llamada Ann Murray, no conocería la libertad sino hasta después de 1865. 

Dada la condición precaria de su familia, Swann permaneció casi toda su juventud siendo analfabeta, y en 1880 se trasladó a Washington, ciudad en la que subsistió como mesero, empleado doméstico y posteriormente consiguió un trabajo fijo como conserje de una institución educativa. 

Sin embargo, es aquí donde sus desencuentros con la ley comenzaron, ya que el primer indulto que solicitó data de 1882, por cargos de robo menor. Según lo revelado por este documento, habría sustraído libros y objetos de la casa de sus empleadores, aunque posteriormente habrían sido estos mismos los que solicitaron a las autoridades locales su liberación, argumentando que el delito habría sido cometido “para mejorar su educación y ayudar a su familia”.  

Sus biógrafos también ubican en estos años el inicio de los exclusivos bailes de la “House of Swann”. Realizados anualmente en un edificio de dos pisos apenas “a media milla de la Casa Blanca”, a los que sólo se podía asistir con invitación y que llegaron a contar con la presencia de alrededor de 30 miembros regulares, brindaron un espacio seguro donde fue posible la presencia de hombres vestidos con trajes femeninos, regido por Dorsey Swann, ahora también llamado “queen”, quien lucía espectaculares atuendos confeccionados por su hermano.

DEL GLAMOUR A LA REVOLUCIÓN

En 1887 las autoridades pondrían la mira sobre estas reuniones, a las que, según reportes, asistían tanto personas afrodescendientes, principalmente miembros de la clase trabajadora, como blancas, algunas incluso de posición acomodada, pero cuyos nombres nunca habrían salido a la luz. Fue en una de estas que William Dorsey sería arrestado por segunda ocasión, acompañado de los asistentes racializados en el lugar, bajo el cargo de ser “personas sospechosas”. Destacando el elemento racista de la ecuación, algunos de los asistentes blancos de sus reuniones incluso habrían llegado a fungir como testigos en los juicios en su contra. Sin embargo, la confrontación real con las autoridades no llegaría sino hasta el año siguiente.

El 12 de abril de 1888, fecha en la que se cree que William Dorsey estaría festejando su cumpleaños número 30 con uno de sus espectaculares bailes, la policía allanó la propiedad, pero en esta ocasión se encontraría con una figura imponente que, citando crónicas de la prensa, estaba enfundada en un elegante vestido de satén color crema. Dorsey se habría levantado a encarar a los agentes, a quienes además de decirles que “no eran verdaderos caballeros”, intentó contener con su cuerpo. Desgraciadamente su fortaleza física no fue suficiente, por lo que terminó reducido, con la ropa hecha girones y siendo exhibido ante la multitud que se congregó para ver el arresto.

Te puede interesar: Drag: Entre la cultura y la rebeldía

Este gesto, surgido de una indignación por el acoso oficial, pasaría a la posteridad como el primer episodio de desacato registrado en Estados Unidos en favor de la dignidad del colectivo LGBT.

Su resistencia no pudo continuar por mucho tiempo, ya que en 1896 fue acusado de dirigir una “casa desordenada”, término utilizado para referirse a un prostíbulo, pero que en este caso sería mal aplicado a los bailes que organizaba, cargos por los que fue condenado a 300 días de prisión. 
Fue documentado que intentó una vez más conseguir un indulto para este veredicto, pero en esta ocasión, aún con el apoyo de al menos 30 personas y los esfuerzos de sus antiguos benefactores, tanto el fiscal como el presidente en turno, Grover Cleveland, se negaron, argumentando que los motivos de su prisión eran “más horribles”. 

Aún con el resultado negativo del recurso jurídico, William Dorsey Swann también pasó a la historia como la primera persona queer en buscar reivindicar su derecho a la identidad a través de la vía legal.

Es a partir de aquí que se difuminan los datos sobre su existencia, aunque algunas versiones aseguran que al salir de prisión se retiró de la vida pública y regresó a su natal Maryland, donde murió en 1925 luego del incendio, provocado, de su casa. Esta teoría, sobre la pérdida irreparable del inmueble en el que vivió, explicaría el olvido de su historia durante décadas y tal vez la hasta ahora incógnita de su rostro. 

Pese a esto, el poder de su lucha por sus derechos y los de la comunidad que formó, considerada pionera en lo que hoy conocemos como “Casa Drag”, trascendió cerca de siglo y medio y llegó a las manos del periodista Channing Gerard Joseph, quien se ha dedicado a documentar su vida y recuperar su legado, a través del libro “House of Swann: Where Slaves Became Queens”.