De rock diario con crónicas de viajes y sangre de lakra

Por Gerson Gómez

Rock Diario material de Macedonio González Salinas

Iconoclasta. Todo un personaje del underground de los años 80 y 90 de la ciudad adolescente. Transgresor. Exhibicionista. Amigo de todos. Sin pelos en la lengua. Reconstructor de masculinidades cuando no existía esa palabra. El Mace de todos nosotros.
Hay pecados que por inocultables habrá que reconocer públicamente, así que mejor explico que este libro nace de un proyecto desarrollado por años, en el que el autor escribía cuando se le daba en gana y me enviaba por internet el texto anexo a un email, descrito como Documento y un número seriado. Haciendo caso omiso a las prácticas canónicas de editor, y siguiendo los deseos del autor, algo malo per se, he decidido presentar los textos (500 a este corte editorial) en el orden en que se escribieron, volviendo este libro un pecado editorial, pues más que un libro pensado en el lector literario, se vuelve un texto de estudio literario, para esos necios que buscan encontrar las claves de acceso al intelecto del autor.

Crónicas de Viajes y Romances de Carlos Mora Álvarez

A lo largo de cuatro décadas, Carlos Mora Álvarez, ha destacado como una figura social y política. Lo mismo ha dirigido a varias de las principales cámaras empresariales del país, que trabajado a favor de los derechos de los migrantes en México. Es un emprendedor sin límites, multifacético, que ha hecho de las relaciones públicas una vía para el reencuentro, gracias a él, de empresarios, líderes sociales y políticos, que estrechan lazos de amistad inquebrantables. Su pasión por la literatura lo llevó a escribir media docena de aventuras editoriales, que le han brindado una salida más a sus inquietudes. Crónicas de viajes y romances es un ejercicio de catarsis y descubrimientos anímicos, donde narra sus periplos por el orbe; viajar es tal vez, después del toro, su más grande pasión. Mora Álvarez es un hombre enamorado de la exploración geográfica de la tierra y el corazón. Es un ser humano feliz, como siempre lo menciona, que vive para hacer amigos y embriagar de felicidad a todos aquellos que forman parte de su universo. Navega por el mundo generando nuevas memorias que plasma con puño y letra en sus columnas. Con este libro, el autor entra en una nueva faceta, desea dialogar más allá de las relaciones públicas. Es tiempo, escribe, de ahondar en todo aquello que nos hace felices, que nos brinda nuevos retos en este tránsito infinito que es la vida.

El vicario de la Independencia. Fray Servando Teresa de Mier en las redes revolucionarias hispanoamericanas, 1811-1824 (2022) de Mayra Jocelin Martínez Martínez

Más allá de su inteligencia señera, de sus discursos y su obra política personal, la trayectoria pública de fray Servando dependió casi siempre de terceros, ya de las sociedades patrióticas hispanoamericanas, ya de sus amistades entre la élite novohispana. De ellos se valió para moverse entre Europa y América, para establecer otros contactos, para difundir sus ideas e, incluso, para alimentarse y vestir. En este sentido, sus pasos en la política y muy probablemente algunas de sus ideas se condicionaron también por los intereses de dichos grupos, volviéndose una suerte de vicario de la Independencia. La autora de este libro se propuso retomar a Servando Teresa de Mier dejando un poco de lado su figura “nacional” y colocarlo en el horizonte de los estudios sobre las independencias, para observar con detalle su participación en el movimiento revolucionario que transformó la geopolítica del continente americano en el agitado inicio del siglo XIX,

Sangre de Lakra de Germán Jesús

Pensé en mi fantasía del otro mundo, de la dimensión al otro lado del túnel, cerré mis ojos y apreté el volante antes de que el carro fuera consumido por la oscuridad; sentí varias presencias que me rodeaban, parecían cuidarme, un abrazo llegó desde atrás de mi asiento, una boca cerca de mi oído pronto había voces ansiosas por todas partes, flotaba dentro del coche. No sentía miedo, una paz se apoderó sobre mi cuerpo, continué con los ojos cerrados. Entré a la puerta que Lakra había abierto con su sangre y escuché con paciencia lo que las voces tenían que contarme…