Confianza: más que una palabra para los negocios

Por David Somoza Mosquera 

A poco más de la pandemia, todavía los economistas tratan de determinar cuál será su impacto una vez que las circunstancias permitan recobrar algo de “normalidad”. Por ahora, están las previsiones que hacen organismos internacionales, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, que en diciembre del año pasado pronosticó que la región tendrá una tasa de crecimiento de 3.7% en 2021.

Sea favorable o no el escenario, las empresas deben seguir adelante y no perder de vista que la confianza será uno de los aspectos clave para los negocios y las ventas en la post pandemia. Para Davos Financial Group, es la “palabra mágica” que permite encarar el presente y lo que se avecina. “En tiempos de crisis los consumidores se apegan a aquellos que pueden proveer confianza en un servicio de calidad, en el valor que aportan y en el precio de los productos que adquieren”, sostiene. 

Ahora, ¿qué es lo que ocurre cuando la confianza del cliente y la calidad del servicio son altas? De acuerdo con la firma de asesoría financiera, “el precio pasa a un segundo plano y lo que importa es ese valor que le sumas a las personas, que poco a poco se irá contagiando”.

Así que la confianza de los consumidores hacia las compañías y sus productos, que por las mismas circunstancias pueden haber sufrido una merma en su disponibilidad, será fundamental para la recuperación del negocio. Para lograr esa confianza, las empresas deben hacer uso de lo que les está ofreciendo el mercado. 

La tecnología, por ejemplo, fue durante 2020 la herramienta básica de comunicación entre las empresas y sus consumidores y así debe seguir siendo en la era post covid. Durante este tiempo de confinamiento, se exploraron nuevas maneras de comunicación, marketing y ventas. Esto permitió a las compañías trazar estrategias, como la de mantener sus “puertas abiertas” a los clientes para satisfacer sus necesidades y exigencias.

En este sentido, es recomendable que las compañías estén más cerca de los consumidores y sean empáticas. Es necesario que busquen nuevas vertientes del negocio, es decir, rompan paradigmas, y que los líderes y el personal estén alineados para salir adelante con el foco puesto en el futuro. 

Romper paradigmas implica explorar otros nichos con la intención de potenciar las ventas, como adoptar el comercio electrónico, una modalidad que ha crecido durante la crisis sanitaria. La imposibilidad de salir, o el temor a un contagio, hizo que gente que nunca había usado una plataforma digital para comprar la utilizara. Esto también permitió que las empresas que ofrecían el servicio lo mejoraran, brindándole confianza a sus clientes de que las transacciones se harían en un medio seguro y efectivo.

La plataforma global de datos Statista proyectó en noviembre del año pasado que de las más de 2 mil millones de personas que comprarían productos y servicios en Internet durante 2020, más de 267 millones provendrían de Latinoamérica. Para 2024, se espera que esta cifra aumente 31%, lo que se traduce en cerca de 351 millones de usuarios en toda la región. Prácticamente una mina de oro para las compañías.

La pandemia también cambió el comportamiento del público hacia lo que consume. Es bueno que las empresas analicen esos cambios a fin de ampliar su oferta y orientarla hacia donde marca el ritmo de consumo de sus clientes.

Pero, sobre todo, la comunicación es fundamental para que la confianza entre las partes se mantenga. La recomendación es que las empresas no hagan promesas que no puedan cumplir. En aras de mantener un lazo inquebrantable y por ende fuerte, deben ser transparentes. Esto tendrá una repercusión no solo en el nivel de ventas, sino también en la capacidad de recuperación de la compañía y en su rentabilidad.