Expertos desmienten vínculo causal entre Paracetamol y autismo

rezago 7 anos medicinas AMIIF Larry Rubin

Una controversia científica de alcance global se desató tras las recientes declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump y la emisión de una notificación por parte de la FDA, que sugerían una posible relación entre el uso de paracetamol (acetaminofén) durante el embarazo y el desarrollo del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Sin embargo, las principales autoridades sanitarias internacionales han respondido de forma contundente, negando cualquier evidencia que respalde esta afirmación.

Organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), mantienen un consenso claro: no existe evidencia causal que vincule el paracetamol prenatal con el autismo.

La ciencia detrás de la alarma


La controversia se basa en un metanálisis reciente (liderado por Mount Sinai y Harvard) que analizó 46 estudios e incluyó datos de más de 100,000 participantes. El análisis encontró una asociación entre la exposición prolongada al paracetamol (cuatro semanas o más) y una mayor incidencia de trastornos del neurodesarrollo.

No obstante, los propios autores del metanálisis reconocieron que no se pudo establecer causalidad y señalaron limitaciones importantes, como la heterogeneidad de los estudios y la posible presencia de factores de confusión (genéticos, socioeconómicos).

Las agencias regulatorias internacionales se han alineado con estudios de mayor rigor metodológico que descartan la causalidad:

Un estudio sueco de alta calidad (con 2.5 millones de niños) que usó comparaciones entre hermanos (quienes comparten genética y entorno) demostró que la asociación entre paracetamol y autismo desapareció por completo.

Una investigación japonesa a gran escala confirmó la ausencia de vínculo al aplicar la misma metodología de comparación entre hermanos.

A pesar de que la FDA emitió una notificación a los médicos estadounidenses reconociendo que "la evidencia acumulada sugiere que el uso de paracetamol por mujeres embarazadas puede asociarse con un mayor riesgo", enfatizó que no se ha establecido una relación causal y existen estudios contradictorios.

La comunidad internacional ha sido mucho más firme:

EMA (Europa): Declaró categóricamente que "la evidencia disponible no ha encontrado ningún vínculo" y reafirmó que el paracetamol es seguro durante la gestación cuando está clínicamente indicado, recomendando usar la dosis eficaz más baja durante el menor tiempo posible.

OMS: Señaló que las evidencias "siguen siendo incoherentes" y no ve necesario modificar las guías clínicas actuales.

Expertos como Edward Mullins (Imperial College de Londres) señalaron que "la mejor evidencia disponible indica que el uso de paracetamol en el embarazo no está vinculado al autismo".

Los científicos advierten que las declaraciones infundadas representan un riesgo real, ya que desaconsejan el uso de un medicamento necesario, exponiendo a las madres y fetos a los peligros graves de la fiebre materna no controlada, riesgos que superan significativamente cualquier riesgo teórico propuesto. El paracetamol sigue siendo el analgésico de elección durante el embarazo.

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