MiCA: sus efectos están por verse

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Por Moris Beracha

Luego de tres años de trabajo y extensos debates, el Parlamento Europeo aprobó el pasado 21 de abril el “Markets in Crypto Assets”, mejor conocido como la Ley MiCA. Stefan Berger, el MEP que lideró la creación del proyecto de ley, dijo que Europa es ahora el "primer continente con una regulación integral para los activos criptográficos".

Las empresas de criptomonedas, incluyendo Binance, Coinbase y Kraken, también dieron la bienvenida a esta legislación que para algunos es histórica. Y la razón de tal receptividad es que el objetivo principal de MiCA es aportar seguridad jurídica a todas las empresas que trabajen en el mercado cripto y otros activos financieros digitales.

La primera gran novedad de esta reglamentación es que los parlamentarios europeos lograron una definición de “Cripto”, según la cual “es una representación digital de valor o derechos que puede transferirse y almacenarse electrónicamente, mediante la tecnología de registro descentralizado o una tecnología similar”.

Sin embargo, el camino para su aplicación sigue siendo largo, pues para algunas de las disposiciones habrá un margen de entre 12 y 18 meses para su implementación. Es decir, no será hasta principios de 2025 cuando veremos todos los efectos de MiCA.

Ahora bien, el impacto de MiCA podría ir más allá de los límites del Viejo Continente: Europa podría ganar un serio protagonismo en el mercado de Bitcoin, según lo explicado a CriptoNoticias por Patrick Hansen, director de Estrategias y Políticas para Europa de Circle, empresa detrás de la segunda stablecoin más grande del mercado, USD Coin (USDC). 

De acuerdo con Hansen, el reglamento brinda “claridad regulatoria en medio de incertidumbres globales”.  Y si a eso se suma que la regulación abre las puertas a un mercado de 450 millones de consumidores, “Europa se podría ser el próximo centro global natural para proyectos de criptomonedas”.

El hecho es que esta ley sentaría las bases jurídicas y necesarias que exige cualquier compañía que busque escapar de la presión regulatoria de algunos países, así como de la incertidumbre jurídica que hay en otros.

Aún más cuando sigue latente la debacle sin precedentes del tercer exchange más importante del mundo por volumen, FTX, el cual se declaró en bancarrota en noviembre del año pasado, lo que afecto severamente a sus clientes, quienes dejaron de tener acceso al capital que invirtieron.

Su fundador, Sam Bankman-Fried, conocido como “el caballero blanco de las criptomonedas”, no solo renunció a su cargo de consejero delegado (CEO), sino que huyó a Bahamas para luego aceptar ser extraditado a Estados Unidos. Tanto él como la compañía que fundó continúan bajo un minucioso escrutinio por parte de varios reguladores por posible mal manejo de fondos.

De acuerdo con Stefan Berger, con MiCA se busca precisamente evitar casos como el de FTX y "restaurar la confianza que fue dañada por el caso FTX". Efectivamente, esta regulación implementa una serie de responsabilidades para evitar posibles casos de corrupción como el de FTX.

Pero esta normativa, más allá de sus buenas intenciones, como es dotar de un marco de seguridad para que las empresas reguladas compitan en igualdad de condiciones y para dar también seguridad a los inversionistas, tiene sus flaquezas.

MiCA se ha visto sujeta a controversia en una materia tan relevante como la privacidad. Las empresas estarían obligadas a crear una base de datos de los usuarios que utilicen sus plataformas, por lo que la presunta garantía de privacidad de las criptos se vería amenazada.

Así que hay que estar pendiente cómo evoluciona esta normativa y si favorece o no el ecosistema cripto.