Invertir sin dinero, ¿conviene?

Por Edith Esquivel

Las inversiones son la parte más sexy de las finanzas y la que más despierta interés. Quizás por eso nunca nadie, en los nueve años que he escrito sobre dinero, me ha preguntado cómo ahorrar más. Mis clientes y conocidos solo me piden consejos de inversión. 

A veces paso largo rato hablando sobre inversiones con alguien interesado en el tema para al final darme cuenta de que no tiene un peso. Su plan es invertir con lo que no tiene. A esto se le llama “apalancamiento”, y hoy te voy a decir si es o no buena idea. 

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Tú no eres una empresa
Es relativamente común que una empresa pida préstamos para crecer o aumentar sus ganancias. Apalancarse puede tener ventajas en organizaciones que tienen un proyecto muy bien diseñado, como abrir una sucursal o almacén, adquirir equipos o mejorar un producto. Sin embargo, incluso cuando se trata de empresas bien establecidas y exitosas, entre más pidan prestado, será mayor el riesgo. Si el dinero no se invierte bien, la empresa corre el riesgo de perder parte de su capital. Los intereses se deben pagar sin importar el resultado del proyecto. Para colmo, si la deuda es demasiado grande, la empresa podría entrar en números rojos y suspensión de pagos y quebrar.

Ya sé que Elon Musk compró Twitter con un préstamo. Pero eso no significa que se haya apalancado en el sentido estricto de la palabra. Él podía vender sus acciones para comprar Twitter al contado, pero fiscalmente no le convenía. Entonces pidió un préstamo verdaderamente barato, porque el banco sabe que tiene con qué pagarle, y así evitó pagar impuestos al vender sus acciones. Los intereses del préstamo son deducibles de impuestos también. Pero si no tuviera con qué pagar su préstamo, los intereses serían muy altos y no le convendría. Lo suyo fue una estrategia de reducción fiscal legal, no un apalancamiento. 

También hay empresas que usan el apalancamiento para especular en la bolsa a través de derivados financieros, como fue el caso de la Comercial Mexicana, que entró en crisis y terminó siendo vendida. Pero esa es harina de otro costal.  

El apalancamiento de empresas y el de personas es muy diferente porque las empresas pueden tener márgenes de ganancia mucho mayores que los que están a disposición de una persona sin un negocio propio. Por eso, mi primer consejo es jamás comparar el apalancamiento que realizan las empresas con el que tú podrías realizar como individuo.

Apalancarse para otorgar préstamos
En México los préstamos son carísimos y por eso no conviene pedir prestado para invertir. Por ejemplo, Cetes ofrece casi 12% de interés anual (y está en una época muy buena) mientras que el promedio de interés de las tarjetas de crédito es de 38%. Un crédito “barato” podría cobrar alrededor del 22% de interés anual. Debido a esto, para invertir sin dinero la gente suele internarse en el mercado financiero informal, incurriendo en mayores riesgos. 

Por ejemplo, un vecino me acaba de contar que la empresa de mantenimiento industrial donde trabajó necesita recursos para dar servicio a sus clientes a fin de año. Durante tres meses del año, ofrece un 7% de interés mensual. Como mi vecino no tiene ahorros, pensó que podría sacar unos 50 000 pesos con un crédito “barato” que cobra interés de 2% mensual. Una ganancia del 5% mensual, en teoría. 

El problema es que de por sí es riesgoso invertir en una empresa no regulada por la CNBV. Si de pronto el dueño no quiere pagar, tendrías gastos legales para demandarlo penalmente por fraude. Eso si puedes comprobar que es fraude y no simplemente incapacidad de pago. Pasarás por un proceso largo, costoso y sin mucha certeza. Podrías ganar la demanda y no recibir tu dinero. Mientras tanto, no solamente habrás perdido 50 000, sino que también perderás todo lo que pagues de intereses hasta que puedas liquidar el préstamo. ¡Doble riesgo!

En la búsqueda de un crédito en el mercado informal, aumenta también el riesgo a tu seguridad personal, debido a que puedes caer presa de una de las muchas redes de estafadores con sistemas como el “gota a gota”, y ser víctima de amenazas, ataques o incluso perder la vida.

Apalancarse para invertir en Uber o Didi
Otro ejemplo de apalancamiento es comprar un automóvil a crédito para ponerlo a trabajar como Uber o taxi. Es importante hacer cuentas porque buena parte de las ganancias serán destinadas a pagar los intereses del crédito. Al banco le conviene, porque ellos solamente cobran los intereses, pero eres tú quien debe correr con los riesgos como, por ejemplo, robo, gastos de reparación después de un accidente vial, o largos tiempos muertos como pasó durante la pandemia. 
Un conocido reclutó choferes para trabajar el coche que compró a crédito pero nunca encontró uno que le cuidara el coche al conducir. Se lo chocaban casi cada mes y mejor se quedó el auto para uso personal. 

Adicionalmente, los márgenes de ganancia también se reducen por los impuestos y las comisiones de las aplicaciones. Como puedes leer aquí, las ganancias pueden ser muy magras. Difícilmente compensan todos los riesgos involucrados. 

Apalancarse para rentar un inmueble
Motivadas por videos de estadounidenses, algunas personas compran una propiedad a crédito para rentarla y obtener un flujo de efectivo. Sin embargo, es peligroso tomar decisiones financieras con base en experiencias de extranjeros. En Estados Unidos hasta hace poco se otorgaban créditos hipotecarios con tasas de interés fijas muy bajas, del 2 o 3% anual. En México es casi imposible encontrar una tasa de interés anual promedio menor a 8 o 10%. Entonces haciendo cuentas, si el ingreso que podrías obtener de la renta de un inmueble ronda el 5%, eso significa que el banco se llevará las ganancias de tu renta a través de los intereses que te cobra, y además terminarás poniendo de tu bolsa. Pasarán muchos años para que puedas tener un flujo de efectivo. 

Tú cargarás con el riesgo de que tus inquilinos se atrasen en los pagos, de reparaciones costosas o de que el inmueble pase desocupado algunos meses. Claro está que en bienes raíces, con buena suerte y conocimientos, puede haber situaciones donde funcione, sobre todo si das un enganche mayor a 30% del valor de la propiedad. Pero como regla general, vivir de tus rentas de bienes raíces con créditos hipotecarios no suele funcionar, al menos en el corto y mediano plazo. Si quieres saber más del tema, te recomiendo este video de Omar, y este otro de Campeones Financieros. 

Invertir sin tener fondo para emergencias
Y por si todos estos riesgos y desventajas que te cuento no fueran suficientes, considera que todavía no estamos tomando en cuenta que este inversionista sin dinero quizás no tiene un colchón para sus propias emergencias, por lo que se verá obligado a adquirir deudas si sucede cualquier imprevisto personal: un desperfecto del coche, un accidente, una enfermedad, la pérdida del empleo, etc. Por eso, este inversionista no está preparado para invertir, como explico acá

Ya de apalancamiento para invertir en mercados financieros ni hablamos. Es pura especulación con riesgos enormes y yo no recomiendo jamás productos especulativos, no solo porque no son una estrategia adecuada a largo plazo, sino también porque tiene efectos nocivos en la sociedad

Pero entonces, ¿cuál es la solución? ¿cómo se puede salir adelante e invertir en un mundo tan difícil, con salarios bajos y condiciones laborales precarias? ¿cómo evitar las penurias del inversionista que no tiene dinero? ¿Hay alguna salida? Sí, claro que la hay. 

La pirámide de la independencia financiera
Esta chica llevaba semanas haciéndome preguntas sobre finanzas por Whatsapp. Tenía deudas y tal vez gastos excesivos en colegiaturas. Luego me escribió: “Ya estamos registrando ingresos y gastos en una aplicación. Pero queremos preguntarte si nos puedes dar una asesoría sobre inversiones. Eso es lo que a mí me interesa particularmente, antes del ahorro…”

Si tú también estás más interesado en las inversiones que en el ahorro, tienes un problema. Aunque es muy positivo tu interés en las finanzas, debo advertirte que todo lleva un orden, y darle prioridad a las inversiones es la primera trampa que te mantendrá en el cautiverio: ese lugar de la pirámide donde sufres ansiedad, sin importar cuánto ganes… el lugar donde el dinero sigue preocupándote. 

Antes de invertir, debes tener una base firme. Para una explicación de la pirámide da clic aquí

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Entiendo que, si estás en la base de la pirámide, viviendo día a día con estrés financiero, desesperado por mejorar tu situación, suena muy atractivo pensar que allá afuera hay una inversión mágica que te hará rico. Pero estás entendiendo las cosas al revés. La riqueza duradera rara vez empieza por la inversión. 

No es mi opinión, en este estudio sobre millonarios podrás constatar que para tener dinero y conservarlo se empieza por el ahorro y luego la inversión sabia de ese ahorro. Agrégale tiempo y voilà: ¡Independencia financiera! 

Seguramente sabrás de casos de gente con altos ingresos que no podría sobrevivir ni un mes si pierde el empleo. ¿De qué te sirve ganar más si igual sigues viviendo en la cuerda floja? Y ahí seguirás, en la base de la pirámide, aunque tu ingreso se triplique porque si no ahorras también tu gasto se triplicará. El ahorro es como un músculo que debe ejercitarse hasta que se convierta en una parte normal y hasta placentera de la vida. Es lo que te permite alejarte de la precariedad. Si tu músculo del ahorro está débil, nunca podrás ascender por la pirámide. 

Incluso si ganas la lotería, recibes una herencia gigantesca o una liquidación millonaria, si no has ejercitado el músculo del ahorro, prepárate para ver cómo el dinero se evapora con rapidez. El 70% de los ganadores de lotería acaban deprimidos y arruinados en 5 años. ¡Y es lógico! Si no sabían gastar menos de lo que ganaban antes de ganar, tampoco sabrán hacerlo ahora, aunque tengan sus millones. Su músculo del ahorro está débil y el del gasto está muy fuerte. Están condenados a la pobreza de antemano. 

Las finanzas personales son simples, sus reglas principales son: 
1.    Ganar más. 
2.    Gastar menos. 
3.    Invertir la diferencia sabiamente. 
4.    Saber cuándo tienes lo suficiente. 

Sin embargo, de estos cuatro elementos, aquel sobre el cual tienes más control es gastar menos. Tal vez ganar más dinero sea complicado en tus circunstancias. Es posible que invertir adecuadamente requiera de muchas horas de investigación, y de más capital del que tienes ahora. Por otro lado, saber cuándo tienes lo suficiente no es fácil. La ambición es un mecanismo de defensa de problemas psicológicos no resueltos. La adicción al dinero puede ser tan difícil de superar como la adicción al alcohol o a las drogas. Nada más mirar a los milmillonarios trabajólicos y crueles con sus empleados a pesar de que la vida no les alcanzará para gastarse todo lo que tienen. 

Pero para gastar menos de lo que ganas no necesitas ir al psicólogo. Es algo práctico y medible. Tú tienes el control en tus manos. Incluso puede ser terapéutico y liberador. Registra lo que gastas cada mes, evalúa cuáles de esos gastos contribuyen a tu bienestar y cuáles no. Concéntrate más en crear y menos en consumir la creación de otros. Lucha contra la adaptación hedónica, congelando tu estilo de vida y ahorrando los excedentes. Automatiza el ahorro para que no tengas tentaciones. Estas son solo algunas formas de practicar el ahorro. 

Pero antes de buscar tips en revistas financieras, necesitas creer en el ahorro. El ahorro comienza en tu mente. Date a la tarea de apreciarlo, de conocerlo mejor y de conocerte mejor con relación a él. Deja de esperar la inversión mágica que te sacará de tus problemas y pon tus ojos en lo único que verdaderamente puedes hacer hoy por tu bienestar financiero: ahorrar.