¿Por qué te atrapan las series?

Foto: ipstori

Mi tía le dice a mi primo de ocho años, “primero tu tarea, antes de ver un episodio”. Para este Munch-ips⚡ propongo lo mismo: antes de Netflix, hablemos de la educación básica. Un primer acercamiento que tenemos con la aritmética, justo tras aprender las operaciones elementales, son las series matemáticas. Siguen el mismo principio de las cadenas o de las tortillas: una pieza tras otra, una tras otra.

Las series asociadas son aquellas que van sumando al término presente: 2, 4, 6, 8, 10. Por su parte, las series geométricas multiplican el término presente a partir de una regla fija: 2, 4, 8, 16, 32. En la educación primaria, cabe decirlo, también nos topamos con varios de nuestros primeros libros. Y no libros cualesquiera, sino muchos de ellos seriados. Los famosos “libros de texto gratuito”, invariablemente, siguen un orden preestablecido e igual para cualquiera que los lea.

Algunas piezas literarias de infancia y juventud son, igualmente, secuenciales: Harry Potter, Las Crónicas de Narnia, Las aventuras de Sherlock Holmes, Los Juegos del Hambre. Y ni hablar, por supuesto, de las clásicas novelas por entregas: Los tres mosqueteros, Los miserables, Crimen y Castigo o, incluso, Pinocho, fueron todas ellas entregadas al público de manera serial. Exactamente el mismo principio se sigue en las radionovelas —Apague la luz y escuche, Porfirio Cadena o Kalimán—, las telenovelas mexicanas —María del Barrio, Rubí, Marimar o La Usurpadora—,  y si apretamos un poco la tuerca, en los casos de asesinos seriales —You, Ted Bundy o Fausto—. https://ipstori.com/munchip/7

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