¿Sueñan los androides con Ovejas Eléctricas?

Por: Jania N. Pereyra Carrillo

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Pregunta que parece válida en nuestros días, en la época imperante del capitalismo tardío de Fredric Jameson, que encontró en la tecnología la convergencia de sus innovadores actos revolucionarios.

La delgada línea que divide a un hombre de una máquina es hasta ahora una línea capital y de poder adquisitivo; la tecnología se ha convertido en extencion del hombre, cómo complemento, más no como reemplazante, o eso es lo que se quiere pensar.

Philip K.Dick describe nuestro entorno posmoderno de manera increíble, a través de robots y entornos controlados que hacen de su novela una totalmente futurible. ¿Cuánto ha perdido el hombre al paso de los años y cuánto más tendrá que perder para por fin encontrarse? Su condición humana ya no es suficiente, entonces la tecnología como resultado de las constantes mejoras gracias a las ideas arraigadas de la modernidad, de progreso y razón, se convierte en la herramienta que entre sus premisas promete la perfectibilidad del ser humano.

Rick cuestiona constantemente su humanidad, ¿Por qué nosotros  no nos hacemos esta pregunta? ¿Por qué hemos asumido nuestra condición humana como inherte de nuestro ser? si ahora pasamos por lo menos 5 horas frente a la pantalla de un celular simulando tener interacción con los "otros", por qué si no posteamos nuestra actividades en Instagram o facebook, no sucedieron, y nos vemos completamente inútiles si Google no nos da una respuesta.

El órgano de las emociones es un gran acierto de la obra, pues nuestra empatía no podría estar mejor reprentada que en la selección de entre 5 emociones  de un like personificado, en un post virtual. Nuestros ambientes no son  naturales, según Jean Baudrillard, vivimos una constante cadena de simulacros,  que nos impiden ver lo que realmente sucede y como sugiere burroughs, estamos tan entretenidos con nuestras artificiales fachadas impecables, para evitar ver lo que realmente se pudre en nuestra sociedad y nuestro ser, que se automatiza cada vez más.

Cada personaje de esta novela reprenta en escencia el declive humano, que tiene su representación vulgar en Isidore, y ficticia en Rick y los demás androides que predominan en la obra. No dejan de ser matices de una misma humanidad que pelea entro lo real y lo artificial, como ha señalado Fredrich Jameson, la fragmentación que conlleva la posmodernidad, sustentada en la saturación de información y en la complejidad tecnológica, supone la imposibilidad de una representación de la totalidad y transformación, por lo tanto, de la realidad.

Los androides representan un esperanza para la tecnología, más que para el hombre, pues al poder concebir  sentimientos, logra  desplazar  al humano que ha olvidado su frágil condición dependiente, para entregarse por completo a la tecnología que controla su ambiente completo.

Me  niego a considerar que la idea de perfectibilidad en todos los planos de la acción humana, individual y colectiva, recaiga en la tecnología y se pierda en una especie de era pesimista global, narcisista y superficial en lo subjetivo, con toda suerte de ambigüedades y exenta de compromiso.

Tenemos entonces la culminación de un largo y complejo proceso de búsqueda, no sólo de un proyecto social de progreso, sino de la búsqueda de una escencia que haga del hombre una especie peculiar; pasando por la ilustración y la modernidad y los fallidos procesos que trataban de homogeneizar las condiciones humanas, la posmodernidad llegó, cómo sugiere Octavio Paz,  cómo un punto de convergencia entre todos los aspectos que ya no encontraban control, pero que de los cuales no se puede presindir gracias a nuestra condición natural y por ende compleja.

Las heridas de cada fracaso de los grandes proyectos sociales, de la caída de los grandes mitos, encuentran su recompensa en las vidas simulacro dónde la responsabilidad humana se diluye hasta ser inecesaria, y delegada a los instrumentos tecnológicos que avanzan, gracias al consumo, a pasos agigantados.

Llegan entonces los androides cómo humanoides cuasiperfectos, que se presentan como nuevos seres que pueden fácilmente sustituirnos, ¿ellos representarían a los nuevos humanos, ahora que tenemos más condiciones de máquina?

La agonía del eros,  la degradación de los valores, el narcisismo, la perdida de la condición social, la tecnología, el capitalismo tardío, la objetivizacion de las personas, la perdida de la empatía, crisis existencial, explotación de recursos naturales, guerra de consumo, perdida de la sensibilidad artística, agotamiento de las vanguardias, cansancio, perdida de fe; todo esto y mucho más converge cada minuto de nuestros día. Aquello que se pide a los hombres posmodernos, entonces, es saber vivir en un mundo que ha perdido su centro, en el cual no hay referencias aceptables y en el cual todo es un eterno precipitar sin altos ni bajos.

¿Cuál es la forma de afrontar entonces está nueva etapa? ¿Cuál será nuestro futuro?

Será necesario una lucha personal, dónde la empatía jugará un papel importante para el reacondicionamiento de la natural humanidad, no debemos perder al otro, porque el otro representa una esperanza para enfrentar el caos.

Bibliografía

Dick, p.k (2012). Blade runner: ¿sueñan los androides con ovejas eléctricas? Editorial minotauro.