El cómic en tiempos del coronavirus (tercera y última parte)

Por Francisco X. López

Durante décadas los cómics han manejado un sistema de distribución monopólico, dominado por la empresa Diamond Comic Distributors la cual maneja casi la totalidad de los títulos publicados, así como juguetes, juegos de mesa y material educativo, a través de us catálogos físicos y electrónicos: Previews, Toy Chest, Bookshelf y Game Trade.

El pasado 23 de marzo, Diamond anunció el cierre temporal de sus operaciones, poniendo en jaque no sólo a los artistas y las editoriales, sino dejando desamparados a cientos de tiendas especializadas en todo el mundo, que se vieron obligadas a cerrar sus puertas no sólo por la emergencia sanitaria sino por el completo desabasto de mercancía para venta.

Aún cuando los cómics digitales llevan más de una década funcionando, su participación de mercado es pequeñísima, pues el consumidor se asume principalmente como coleccionista y en más del 95% de las veces se decide por un artículo físico, el cual pueda exhibir o certificar. Las versiones electrónicas son opción para quienes encontraron las ventajas del libro electrónico, las descargas digitales y prefieren ocupar sus espacios físicos para otras cosas.

Sin la distribución de ejemplares impresos, también se detuvo la liberación de versiones en línea, salvo algunas excepciones como DC y Archie Comics. El resto de las editoriales han optado por comercializar material atrasado en paquetes especiales, confiando que al término de la cuarentena el mercado se recupere, pero esto se vislumbra complicado. Justo el sábado pasado debia realizarse el Free Comic Book Day, con cuya cancelación se afectaron las campañas de marketing para series y eventos veraniegos, además de detener la llegada de lectores nuevos atraídos por el evento.

Marvel anunció nuevos títulos para el 27 de mayo, mientras que DC se asoció con dos nuevas distribuidoras: Lunar y UCS. El reto será que los clientes vuelvan en las mismas cantidades a las tiendas, pues muchas se han visto obligadas a cerrar definitivamente y otras han rematado sus stocks para poder solventar los gastos y mantener a sus empleados.

Ha llegado el momento de replantear el sistema de distribución y comercialización, el cual hace que muchos títulos sean inaccesibles debido a los trajes bajos y además obliga a los dueños de tiendas a inflar sus pedidos para obtener incentivos, pero quedándose con mucho material que no se puede desplazar. Ya desde 2018, DC comenzó a vender algunos títulos en los Walmart de Estados Unidos, demostrando que la venta en tiendas, farmacias y puestos de revistas puede ser una opción si se renuncia al modelo de marketing actual, que obliga al lector a comprar muchas series a un precio alto.

¿Será que volvamos a ver los estaquillas llenos de cómics como hace 30 años? o ¿Acaso un mercado condicionado por el coleccionismo llevará las aguas a su nivel acostumbrado?¿Regresará el antiguo sistema de suscripciones vía correo?

Lo único cierto es que mientras los cómics continúen alimentando la imaginación y la fantasía de los lectores, el mercado se mantendrá, dando empleo a cientos de miles de personas en todo el mundo.