Las buenas influencias (segunda de tres partes)

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Por Francisco X. López

En los años 70 creció la interacción entre creadores y lectores. Al final de la década una dupla se distinguió por su popularidad y dejó una escuela que aún repercute.

El guionista Chris claremont y el dibujante John Byrne llevaron a los Hombres X a las máximas alturas de popularidad y reconocimiento, marcando el nuevo canon para los personajes y estableciendo un estilo que continuó por más de dos décadas. Claremont no superó este trabajo, pero Byrne se convirtió en un auténtico súper estrella que definió a Los 4 Fantásticos y a Superman para una nueva generación. Su influencia era tal que sus fanáticos, las “Víctimas de Byrne”, le seguían a cualquier título que tomara; actualmente administra un foro donde sus fans se enfrascan en las discusiones más polémicas.

En los 80, los fans comenzaron a seguir más a los autores que a los personajes, esto debido a que se produjeron trabajos que llevaban al cómic a senderos más maduros y oscuros. Un joven grupo de creadores tomó por asalto a la industria y revolucionó las historias.

Alan Moore venía de una serie de éxitos y reconocimientos en Inglaterra, como Miracle Man y V for Vendetta, que le abrieron el mercado americano para presentar guiones que desafiaban no sólo a los lectores, también a los editores; prácticamente todo lo que escribió en los 80 es considerado como clásico y ejemplo de lo que se puede lograr en el medio. Swamp Thing, La Broma Mortal, etc. Pero una serie en particular le otorgó la inmortalidad y el status de autor de referencia para cualquier estudio serio del cómic: Watchmen. Una deconstrucción del género, llena de ideas sociales y políticas, cuya estructura y estilo narrativo continúa siendo imitada. Cualquier obra que pretenda revolucionar o renovar el medio es de inmediato comparada con Watchmen.

Otros genios que llevaron al cómic a nuevas alturas fueron Grant Morrison, cuyas historias llenas de magia, alucinógenas e interconectadas en su propio universo le convirtieron en autor de culto. Animal Man, Doom Patrol, Asilo Arkham y The Invisibles son trabajos complejos que juegan con el tiempo y las realidades alternas y paralelas.

Por otro Lado, Neil Gaiman llevó sus guiones a la altura de las bellas artes, Sandman es considerada una obra maestra, excelentemente bien escrita, llena de imágenes, poesía, cultura y belleza; este trabajo le permitió convertirse en cuentista y novelista, contando actualmente con un nutrido grupo de fans que consumen todo lo que lleva su nombre: cómics, novelas, audiolibros, televisión, cine y cursos. Su voz es de las mas autorizadas.

Otro autor que ha influenciado a millones con trabajos que van de lo genial a lo visceral, es Frank Miller, quien venía de hacer historias memorables en Marvel con Daredevil, lo cual le abrió las puertas para trabajar con Batman y crear dos historias icónicas; Año Uno, donde actualizaba el origen del Murciélago después de los Eventos de Crisis en Tierras Infinitas y The Dark Knight Returns, donde tocaba el tono extremo y analizaba al justiciero en el ocaso de su carrera, ambos trabajos están colocados entre los mejores del siglo XX, por su historia y narrativa. Miller llegó a la cima rápidamente e incursionó en el cine, su fama y leyenda creció con obras como Give Me Liberty, Sin City y 300, cómics llenos de posturas políticas y de un arte provocador, todo lo que Miller hace es noticia y causa de debate, su presencia mueve a miles de fanáticos que lo idolatran como un Dios del noveno arte.

Con el cambio de siglo llegaron nuevos ídolos que harían de la industria un torbellino, de ello hablaremos en la siguiente y última entrega.