Las series y películas no benefician a los cómics

Por Francisco X. López

En los años 90, los fans soñaban ver sus cómics favoritos adaptados al cine. Actualmente, las películas y las series abundan, pero no han generado que el público se vuelque a leer cómics.

Como ejemplo reciente, esta la serie WandaVision, transmitida por Disney+. La protagonista, Wanda Maximoff, era un personaje desconocido para la gran mayoría, que adquirió popularidad debido a su aparición el cine. La serie ha causado gran interés por conocer y entender qué pasa con lo que ven pantalla, no tanto por los protagonistas, sino por su participación en un universo cinematográfico, y esto ha alimentado la especulación sobre el producto original.

Vengadores de la Costa Oeste #45, primera aparición de Visión “Blanco”, el personaje que se pudo ver al final del más reciente episodio, se vendió la semana pasada en mil 500 dólares, cuando unos días antes se podía conseguir por menos de 100. Se debe resaltar que el precio de portada es de 75 centavos y en 1992, en pleno auge de la especulación, se ofrecía por 2.25.

Lo mismo pasa con otros personajes de dicha serie. Avengers #57, la primera aparición de Visión, paso de 40 a mil 900; Fantastic Four #94, primera aparición de Agatha Harkness, de 18 a mil; Amazing Spider-Man Annual #16, primera aparición de Monica Rambeau, de 6 a  2 mil 400 dólares.

Los ganadores del auge de los superhéroes no son las editoriales, las tiendas de cómics y, mucho menos, los escritores y artistas que crearon las historias y personajes que mueven a la industria del entretenimiento, son un reducido grupo de coleccionistas y especuladores. Los afectados son cientos de miles de lectores para quienes cada vez es más difícil acceder a viejos cómics, que ahora son encapsulados y preservados para la posteridad, pero que nunca, jamas podrán volver a ser leídos.

No se puede negar que todas estas historias están disponibles en formato digital y la gran mayoría han sido reimpresas en una o más ocasiones, pero al decaer el número de lectores regulares, las series han pasado de imprimir algunos cientos de miles ejemplares cada mes, a rangos de entre 15 y 30 mil ejemplares en la actualidad y estos números sólo se incrementan cuando se anuncia un hecho importante, que afectará o cambiará a los personajes,  o se le relaciona con una producción de Hollywood.

Recientemente se han incrementado los grupos de personas que buscan y comparten cómics viejos para poder leer las historias que alimentan el apetito insaciable de las redes sociales. Esto sólo demuestra que si los cómics fueran fáciles de conseguir, y los precios fueran accesibles para la mayoría de las personas volveríamos a ver niños reunidos frente a las páginas impresas discutiendo qué héroe es mejor y más poderoso, y preguntándose qué pasará en el siguiente número de su serie favorita.

Aunque nadie puede negar la calidad de las producciones audiovisuales, es irónico ver cómo cada día el público gasta más en consumirlas, mientras que los lectores de toda la vida son vistos con curiosidad por gastar su tiempo y dinero en “cuentitos”.

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