Lo juro por Superman

Foto: DC Comics / Especial

Por Francisco X. López

Roberto García es un inmigrante peruano, que ha hecho carrera política y es representante por el distrito 42 de California. Hasta ahí todo es una típica historia de éxito y crecimiento al más puro estilo americano, pero una noticia que normalmente pasaría inadvertida, ha cobrado importancia debido al toque personal que García anunció para su ceremonia de juramento. Para quien busca causar una impresión en los electores, cualquier recurso es válido, sobre todo cuando éste causa revuelo en las redes y en los medios.

Es una costumbre y hasta un cliché que se jure cumplir y hacer cumplir la ley y la constitución sobre la Biblia, lo cual tenia sentido en un país tradicionalmente religioso (sea católico, potestante o mormón), pues esto simboliza los valores y creencias. En está ocasión, el recién electo mostró en redes sociales los objetos sobre los cuales juró y más de uno levantó una ceja.

En primer lugar, el certificado de ciudadanía, el cual tiene sentido pues manifiesta que Estados Unidos es su nueva patria y se asume totalmente como norteamericano.

A continuación, una foto de sus padres, ambos muertos a causa del covid 19 y quienes llevaron a un pequeño Roberto al país de las oportunidades, como inmigrante ilegal, buscando un mejor futuro. Todo lógico y predecible.

Finalmente, un ejemplar de Superman #1 de 1939, prestado especialmente por la Biblioteca del Congreso y aquí es donde comienza el simbolismo.

El ejemplar fue trasladado hasta California, en un estuche protector y custodiado por la policía. Una copia de este cómic fue vendida el año pasado en 5.3 millones de dólares, el más caro de la historia, hasta ahora.
¿Por qué eligió Garcia este cómic? Hay razones históricas e ideológicas. Superman fue el primer superhéroe y el primero también en tener una publicación dedicada completamente a él. Esto habla no sólo del éxito del personaje, también del éxito de la naciente industria del comicbook, que era menospreciada por la más tradicional industria de las tiras cómicas.

Los comicbooks estaban dirigidos a los niños y también a un público poco culto, muchos aprendieron a leer con ellos y en caso de Roberto, asegura que le ayudaron a aprender el idioma inglés de una manera más fácil.

Superman no era el boy scout, el héroe políticamente correcto que es en la actualidad. En sus inicios era un justiciero, el defensor de los oprimidos, de aquellos que no pueden defenderse sólos y que no dudaba en tomar la ley en sus manos para hacer justicia. Con el tiempo se convirtió en un símbolo de los valores tradicionales de Estados Unidos y también fue señalado como el elemento más efectivo del colonialismo cultural, la representación de todos los defectos de Estados Unidos.

En los últimos años, DC Comics ha buscado alejar a Superman de una postura política y le muestra como un ciudadano del planeta, que no sólo lucha por la verdad y la justicia, ahora ha dejado atrás el modo de vida americano para buscar un mejor futuro.

García se declaró públicamente como un apasionado de los cómics y como miembro de la comunidad LGBTQ, y los lectores recordarán que, hace poco, el hijo de Superman mostró su bisexualidad.

Así que podemos pensar que sus ideas políticas se orientarán hacia la justicia para quienes no la tienen y la aceptación hacia todos los ciudadanos.

No sabemos cómo será su trabajo en el Congreso, pero sí podemos afirmar que Superman, sigue teniendo un valor cultural y moral muy fuerte a más de 80 años de su aparición.

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