Treinta años de Image Comics (2 de 3 entregas)

Foto: Image Comics

Por Francisco X. López

“La imagen lo es todo”. El eslogan usado por las cámaras Canon fue replicado por la editorial, siendo su credo al menos en sus primeros años. También usaron la frase: “Nunca antes hubo algo como nosotros”. Lo cual era totalmente cierto, ya que los creativos estaban en completo control, con todo lo bueno lo malo que eso implicaba.

La editorial de inmediato fue etiquetada como un sello de superhéroes, en la cual el dibujo espectacular y el entonces novedoso uso del color digital disimulaban la falta de buenos guiones y, sobre todo, los retrasos en la entrega del material a las tiendas.

Marvel y DC no aceptaban la iniciativa y se llegó a decir que en el mundo de los cómics, el talento era “intercambiable”, incluso las dos mayores editoriales cancelaron su participación en la San Diego Comic-Con de 1992, al ser Image el invitado estelar.

El primer mandamiento de la editorial era no poseer ninguna propiedad intelectual, más allá del logotipo y la marca, siendo un vehículo para que los artistas tuvieran libertad creativa total y la oportunidad de comercializar sus proyectos como mejor les conviniera.

Las enormes ventas iniciales atrajeron a más talento, pero al igual que los fundadores, eran neófitos en términos de negocios y administración.

En 1993 Sam Keith presentó The Maxx, que se convirtió en el primer cómic de Image en tener su serie animada, y poco después se dio el primer gran crossover independiente: Deathmate, donde Image y Valiant aprovechaban la cima de la burbuja especulativa para vender cientos de miles de copias de una serie que experimenta con la narrativa, con cada uno de sus 4 números que se podía leer de forma independiente y aun así llegar a la conclusión de la historia.

En otro recurso innovador, los fundadores intercambiaron su trabajo en sus series regulares, sin dejar saber a los fans quién trabajaría en cada serie. Ese mismo año Spawn se enfrentó a Batman y con ello el reconocimiento por parte de DC Comics, pues con los años, nuevos crossovers saldrían a la venta.

Fue entonces cuando la compañía se consolidó como una fuerza más allá de los cómics. McFarlane lanzó su compañía de juguetes, la cual hasta la fecha es reconocida por su calidad y es muy buscada y cotizada por los coleccionistas.

Las noticias no paraban. Shadowhawk se convirtió en el primer héroe que moría a causa del VIH y dos de las series independientes más importantes se unen a la editorial en 1995: Astro City y Bone, las cuales fueron las primeras en obtener premios por su calidad. Además en octubre aparece Witchblade, como parte del estudio Top Cow, creando un universo independiente tan exitoso que tuvo su propia serie de televisión y su versión anime.

En 1997, Spawn debutó como serie animada en HBO y casi de inmediato Columbia produjo la adaptación live action. Spawn fue el primer héroe afroamericano en tener su propia película.

Image cerró el siglo XX con dos éxitos enormes, Danger Girl y Fathom, otro cómic que generaría su propia línea, pero no estaría a salvo de controversias y dificultades. Rob Liefeld se separaría de la empresa y Jim Lee vendería su estudio a DC Comics, donde se convertiría en uno de los nombres más importantes hasta la actualidad.

La nueva centuria llegó colmada de proyectos que no durarían, pero hubo algunos que le cambiarían la imagen, no sólo a la editorial, sino también al medio en general por el éxito que tuvieron no sólo en su versión impresa, sino también en la cultura popular.

Powers, The Walking Dead e Invincible marcarían el nuevo rumbo.