Por Gerson Gómez
"EL AMOR Y LA CÓLERA. POEMAS A LESBIA”, DE RUBÉN BONIFAZ NUÑO
Más de la mitad de los cármenes de Catulo están dirigidos a criticar a los malos poetas, las faltas de urbanidad, la avaricia, la rapiña y el libertinaje sexual (adulterio, incesto, homosexualidad, promiscuidad).
Con amigos y enemigos, ya civiles, ya políticos, chancea, bromea, escarnece, lapida, pero se debe precisar que aquello que ataca no le parece mal si él lo lleva a cabo. En sus poemas a menudo la vulgaridad alcanza destellos artísticos.
Este libro, que pormenoriza la obra de Catulo, tiene la eficacia de hacer que el lector lea de nuevo y de otro modo la poesía de uno los líricos mayores de los latinos, y tal vez con Propercio, el más intenso y terrenal en asuntos de amores.
Baste asimismo recordar que al menos en dos de los libros finales de Bonifaz Nuño (Albur de amor y Del templo de su cuerpo) hay admirablemente la lección aplicada de Catulo. Según confesión que Bonifaz Nuño hacía a los amigos, fue el poeta romano del que se sintió más afín.
“LA GRAN NEVADA DE MONTERREY. 9 DE ENERO DE 1967”, DE DANIEL GALLARDO
De manera sigilosa y mientras la ciudad dormía, la mañana del 9 de enero de 1967, el clima extremoso de la Sultana del Norte realizó una de sus faenas más memorables. Copo a copo, la nieve como nunca se había visto –superando a la nevada de 1895– apareció sobre cada cumbre, árbol, tejado, coche, calle y banqueta de Monterrey.
El paisaje fue espectacular y la nevada sin precedentes que cubrió a la ciudad de blanco, sorprendió a quienes se asomaron a las ventanas con la primera luz del día. “¡Hay nieve en Monterrey!”, decían algunas voces, entre incrédulas y entusiasmadas. “Levántate, hijito, afuera hay nieve”, exaltadas iban las madres de familia a levantar a sus hijos.
Cualquier persona mayor de cincuenta años difícilmente olvidará que una mañana la nieve se hizo presente y entonces aquella ciudad en desarrollo, de calles apretadas y casi un millón de habitantes, quedó envuelta en un aire distinto. El manto blanco alcanzó hasta sesenta centímetros de altura, los rollos fotográficos se agotaron en las primeras horas de aquella mañana y hasta postales que le dieron vuelta al mundo, quedaron para el recuerdo.
“LA CASA ABIERTA. CONVERSACIONES CON 30 POETAS”, DE SYLVIA GEORGINA ESTRADA
La casa abierta es un libro de entrevistas que se ha ido tejiendo en el tiempo, que ha aprovechado situaciones y coyunturas para acceder a estos autores. Los autores, en este libro, no se hacen acompañar por una muestra de su quehacer poético.
Son voces, sombras que se manifiestan bajo la invocación de la pregunta, de la pesquisa que horada e inquiere. Y bajo este movimiento de la inteligencia las plurales opiniones se derraman y anegan el espacio de la lectura.
Entramos en una casa que nos revela personajes, ideas y concepciones que van desde el fenómeno mismo de la creación poética hasta el papel, la figura del poeta dentro de su entorno social. Así pues, este concierto libera sus bondades y nos muestra esos rincones y recovecos autobiográficos de sus protagonistas en el entendido de que la biografía del poeta es su propia obra.
“HOY POR TI. MAÑANA POR MÍ”, DE AIDÉ CAVAZOS GONZÁLEZ
Aunque en el área rural eran tiempos de bonhomía, gracias a la política del general Lázaro Cárdenas, a veces la naturaleza se ensaña en medir el talante de su gente. Una sequía de más de tres años que dejó sin animales al pueblo y convirtió los terrenos de labor en puro tepetate, obligó a Pablo a dejar atrás sus recuerdos y salir de su pueblo con el único propósito de seguir de pie y buscar el sustento para sus seres queridos.
El viaje los lleva primero a la ciudad capital, luego al otro lado del río Bravo, “de mojados”. Con la adversidad a cuestas, Pablo, junto a su esposa Flor y sus cuatro hijos, abandonó la tranquilidad del pueblo que los vio nacer para ir en busca de su destino. Una maleta repleta de sueños los acompaña.
La vida es la mejor escuela y hay que aprender de ella, tal es el eje narrativo que sostiene Hoy por ti, mañana por mí.
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