Entrometido en el Aqualung the Jethro Tull

Por Mike Volta

50 años han transcurrido desde que este emblemático álbum de Jethro Tull salió a la venta y con ello, colocando a esta estupenda y original banda británica en el gusto de un consolidado y nutrido grupo de seguidores de sus tres entregas anteriores. 

Aqualung abre a Ian Anderson un excelente momento para su particular creatividad musical; desde el primer tema se coloca el inolvidable Riff insolente de lo que tiempo después sería señalado como uno de los llamados himnos del Rock, y como tal aún pareciera suponer la duda del uso o no de la flauta en sus pasajes. 

La canción Aqualung, cómo pieza musical presenta al disco de una forma magistral, consolida los anteriores trabajos en una fabulosa idea musical, una indiscutible y poderosa Joya del Rock progresivo. 

Con una formación consolidada y ajustada compuesta por Ian Anderson: Voz, flauta y guitarra acústica.

  • Martin Barre: Guitarra eléctrica
  • Jeffrey Hammond-Hammond: Bajo
  • Clive Bunker: Batería y percusión
  • John Evan: Piano, órgano y melotrón.

Este disco trasciende ya que es transgresor e insolente; en su momento se tiene registro que fue despertando las fibras de la censura religiosa británica, que a la postre le vino a dar un refinado toque clandestino, de ese que nos encanta comprar; expresado de forma genial en su portada.  “Aquí tengo lo bueno” 

Las fantasías hasta cierto punto pederastas de un indigente anciano, sostenidas por una insuperable y divertida forma de plantear la pieza por parte de Anderson; quien además de que te hace volar la cabeza al oírla por vez primera te demuestra la intención de quien en realidad tenía bastantes cosas que decir y de que quejarse, lo que es más claro en las demás canciones; contando con excelentes músicos en plenitud de facultades para dejar esta importante aportación musical reconocida durante ya 50 años.

Simplemente de este disco emanan grandes éxitos de la banda; Maria Bizca con un folk medieval fascinante, con un inicio digno para dar inicio a los conciertos. 

La parte acústica del álbum, virtuosa muy melódica y hasta nostálgica enraizada en ese folk del medioevo; no hace más que preparar al escucha para el gran banquete de Rock progresivo intenso, de letras, mensajes fuertes, controversiales ante lo que se hace suponer en ese entonces una sociedad británica bastante deteriorada e hipócrita. Cómo hoy quizá. 

Anderson en Wind-Up se coloca magistralmente en una cómoda posición radical de ser excomulgado, algo que históricamente a los ingleses les provoca; les atrae y ahí en Hymno 43 JT los atrapa!! 

¡Ah! pero vendría el tema “My God” del cual el virtuoso remolino progresivo de sus solos guitarra y flauta; coros, etc dan evidencias claras de que si, efectivamente hay un Dios...y le gusta el progresivo. 

Locomotive Breath; simplemente la mejor pieza para muchos por ser controversial en su letra, fusionando el rock pesado con el progresivo sin perder ese toque de distinción y calidad auditiva que la banda desenvuelve de forma única, creando otro himno del rock en todos los sentidos; de esas piezas musicales por las que orgullosamente podrías iniciar a un neófito en el mundo de Jethro Tull con gran éxito.  Inténtalo sin miramientos 50 Años después. 

Un álbum excelso que contiene por mucho la esencia de la creatividad y virtuosismo de la banda estupendamente comandada por un indiscutible líder.  Se dijo antes seguramente y pocos podrían negarlo con pruebas. 

De este rock progresivo ya no se hace, son momentos únicos e inolvidables de un contexto histórico musical que hizo necesaria la existencia de esta obra que apuntala a JT como referente musical de obligada consulta y pauta para músicos y fans del progresivo. Feliz cumpleaños Aqualung.

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