La sequía en Monterrey se pudo evitar

Foto: Cuartoscuro

Por: Karina Gallardo, analista senior

Mucho se habla sobre el cambio climático y cómo nuestras formas de consumo afectan nuestro hogar común, el planeta Tierra. De lo que casi no se habla es cómo, en realidad, es muy poco lo que de manera individual podemos hacer para que los efectos evolucionen hacia un futuro más próspero.

Ya en nuestra anterior columna hablábamos de la sequía que se vive en el país y ahora profundizamos sobre esta problemática al conocer el punto de vista del doctor Víctor Magaña Rueda, investigador del Departamento de Geografía Física del Instituto de Geografía de la UNAM.

De acuerdo con Magaña Rueda, lo primero que se debe aclarar es que existen diferentes tipos de sequía, la meteorológica, la hidrológica, la agrícola y la socioeconómica. La principal diferencia entre ellas es que la primera es generada por la naturaleza y el resto de ellas son consecuencia del mal manejo del agua. 

Lo que se vive en Monterrey, según explicaciones de quienes están al frente del gobierno, es una sequía hidrológica provocada por el cambio climático. Sin embargo, el doctor Magaña explica que el origen del problema no es, ni de cerca, el cambio climático y sí lo es la pobre o nula planeación en el manejo del agua por décadas. 

Según Magaña, lo más escandaloso del racionamiento de agua que vive hoy la capital regiomontana y los problemas socioeconómicos que lo acompañan, pudieron haberse evitado con una estrategia que se planteó por expertos en el tema hace seis años y que por intereses políticos se desechó.

Se trata del programa Pronacose que, según relata el investigador, reunió a grandes expertos en temas hídricos, entre los que se encontraba Magaña Rueda, para plantear un programa que anticipara la sequía y generara estrategias para responder a ella. El programa se desarrolló por iniciativa del entonces director de la Comisión Nacional del Agua, Roberto Ramírez de la Parra, sin embargo, cuando David Korenfeld reemplazó a Ramírez de la Parra en CONAGUA la estrategia planteada se fue al archivo y se puso en marcha una distinta.

De acuerdo con el también profesor en Ingeniería Geofísica en la UNAM, los grandes problemas son la falta de planeación, la prevención, la escasa inversión y la mala distribución del agua. 

“Se apuesta a que entre un huracán y llene las presas, estamos a merced de lo que la naturaleza quiera y por ende el país está en una grave crisis hídrica por malos manejos además de que la ley no está actualizada, no está adaptada a las condiciones actuales del país”, aseguró para Rúbrica Law Firm el doctor Magaña Rueda.

Magaña Rueda afirma que la sequía que vive Monterrey se pronosticó hace dos años y que incluso en enero de este año ya se sabía que el noreste del país tendría lluvias por debajo de lo normal, sin embargo CONAGUA no hizo nada para prevenir el desastre.

“No se sabe utilizar los pronósticos meteorológicos, la gente al frente de los organismos no es siempre la más capaz y están a expensas de lo que se dicte a nivel federal”, señala Magaña, quien advierte que ese será el escenario que le depara a la mayor parte de nuestro país de seguir en la misma línea.

Y, aunque el futuro luce sombrío, para el investigador hay razones para mostrar optimismo respecto al futuro hídrico del país. 

“Hay buenos escenarios si se empieza a trabajar, no se debe responder al desastre, se debe planificar pues hay suficiente agua si se sabe manejar. No veo el futuro tan oscuro, hay posibilidades, hay formas de mejorar, hay problemáticas que tienen soluciones, se necesita coordinarlas y para ello es fundamental un organismo rector con interés, que actúe con bases científicas. Como individuos es nuestra responsabilidad no caer en alarmismos, informarnos no solamente con lo que nos muestran los medios de comunicación, enterarnos y cuestionar qué se está haciendo con los recursos destinados a este rubro, tenemos que reusar el agua, eficientar el consumo y, sí, utilizar menos pues somos más en el país y el mundo”, finalizó.