Marchar por el INE, pero con los pies en la tierra

Foto: Especial

Por Pablo Luna Luna

El problema de la oposición política formada por quienes militan en el PAN, PRI y lo que queda del PRD, es no poder hacer autocrítica. Es no poner los pies en la tierra o mirar atrás y recapitular sobre las cosas que se han hecho, bien o mal. Lo que existe son falsos aires de triunfalismo.

Cientos de personas que asistimos a la manifestación de ayer, sí somos de izquierda y de verdadera izquierda (no de esa que pretende representar el Ejecutivo Federal de filiación cristiana conservadora); no militamos en ningún partido político, porque no nos sentimos representados por ellos. Tampoco creemos que la vida política de México se divide entre “chairos” y “fifís”, no defendemos el inviable “Plan B” electoral de AMLO y creemos firmemente que García Luna debe estar en prisión, así como sus cómplices y los omisos de su actuar que le dieron poder e impunidad.

Acotado lo anterior, creemos que el INE se debe fortalecer y no debilitar como pretenden hacerlo el presidente López Obrador al reducir las Juntas Distritales y la OPLES. Creemos firmemente que antes de hacer recortes de personal y despidos, se debe realizar una profunda auditoria estructural que permita saber de qué forma no se impactará la operación de los organismos electorales locales y poder garantizar procesos y flujos de trabajo acordes a la participación ciudadana, pero sobre todo fortalecer esta última.

Creemos y vemos (lo he dicho en otras columnas) que la posición política del presidente López Obrador con el INE, es de revancha y no una toma de decisiones acertadas en favor de la ciudadanía. El INE y los Institutos Electorales locales son a todas luces órganos perfectibles, órganos por los que cientos de personas trabajan y se capacitan día con día para mejorarlos, pero no por ello se deben tomar medidas de revancha radical como las que plantea el “Plan B”.

Pero regresemos a la marcha… marchar a favor del INE o en contra del “Plan B”, se debe hacer con los pies en la tierra, con autocrítica. Sin embargo, pareciera que la “post marcha” se trata únicamente de ver quién jala más gente al zócalo, a los partidos de oposición les preocupa más decir que fue medio millón contra AMLO, que realmente recapitular y capitalizar el descontento social.

Y sí, ayer éramos un ch1ngo de gente, pero exageran quienes dicen que hubo medio millón, pongamos los pies en la tierra y hagamos justa dimensión de, en dónde estamos quienes no estamos de acuerdo con muchas de las decisiones del Ejecutivo Federal... y sí, al menos 250 mil personas llegamos antes del medio día a un evento que pasará a la historia como uno de los más grandes contra un gobierno, pero hay que reconocer que estuvo opacado por la presencia de rancios priistas como Beatriz Pages, hoy con piel de periodista, o Roberto Madrazo.

También debemos decirlo con todas sus letras: hubo acarreados, aunque fueron los menos, pero claramente apareció gente traída del Estado de México o la periferia de la ciudad con patrocinio del PRD y otros tantos del PRI, también hubo gente (por gusto, por interés y obligados a asistir) que trabaja en las alcaldías o estados en los que gobierna la oposición, así como militantes de todos los partidos.

Hay que decirlo, repito, que el grueso de la gente que marchó no sabe o no sabía bien a bien de qué va la marcha, contra qué se protesta en concreto. Hubo quienes decían “no al socialismo” o los más perdidos “no al comunismo”, uno que otro gritaba contra Morena y los más sensatos “mi voto no se toca”, “me arrepiento de haber votado por el inepto”.

El INE se debe defender con los pies en la tierra, sin tintes partidistas, con una mirada ciudadana, con un aspecto crítico. Bien harían ciertos políticos en alejarse o al menos bajar el perfil en este tipo de manifestaciones, pero sabemos que eso no pasará.