Prepara tu cerebro para invertir

Foto: Foto: Flickr de Katia Romanova CC [CC BY-NC-SA 2.0]

Por Edith Esquivel

Después de leer mi artículo del mes pasado, ya te decidiste a invertir en la Bolsa de Valores. Pero ¿qué sigue? ¿cómo se empieza?

Bueno, ser inversionista en la Bolsa no es complicado. Una vez que tienes a la mano todo lo necesario, bastará con que dediques diez minutos al mes y un par de horas al año para mantener todo en orden y que tu dinero trabaje para ti. Sin embargo, lo que te permitirá este nivel de relajación es la atención y dedicación que le pongas a los preparativos. Y de eso te hablaré hoy. 

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Paso 1: Finanzas sanas en mente sana

Muchos estudios han confirmado que en medicina funciona mejor tener un enfoque holístico para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Cada vez más personas están conscientes de que la mente y el cuerpo están ligados, y de que muchas afecciones pueden mejorar si tratamos el estrés, la ansiedad, la depresión, el rencor o malos hábitos mentales como la negatividad y ser demasiado duros con nosotros mismos. Entonces no debe sorprender que mejorar nuestros hábitos mentales pueden también tener efectos muy positivos en nuestras finanzas. 

La mayoría de los asesores financieros te preguntan qué quieres en la vida y luego te hacen cálculos para que lo puedas lograr. De hecho, ese es otro paso para invertir. Peeeero, antes de eso, yo recomiendo hacer un ejercicio muy profundo de introspección. Primero es necesario que tengas una relación psicológica sana con el dinero, pues de lo contrario siempre tendrás problemas en ese departamento y posiblemente las cosas que desees y para las cuales inviertas no te darán el nivel de bienestar que esperas. Hay cuatro narrativas principales de dinero que son muy dañinas y debes evitar. 

Las cuatro narrativas de dinero

  1. Evasión – las personas que evaden todo lo que tiene que ver con dinero puede que gasten de más o de menos. No les gusta hablar de eso, ni ejercer ningún control sobre él. 
  2. Adoración – esta actitud ve el dinero como un fin, y no como una herramienta. El dinero se convierte en lo más importante: la regla con que miden lo valioso y lo deleznable, lo hermoso y lo feo, lo útil y lo inútil. 
  3. Estatus – Las personas que ven al dinero como un medio de lograr estatus social buscan en él una forma de ser apreciados y amados y de sentirse bien consigo mismos. Quizás algunos tendrán necesidades de afecto y comprensión que no fueron satisfechas en su momento más vulnerable y ahora encuentran un sustituto en la admiración que produce la opulencia. 
  4. Control – Uno de los grandes retos en la vida es aceptar que todo cambia, y que la mayor parte de las cosas no están en nuestras manos. Algunas personas se vuelcan a controlar el dinero en su vida para suplir la ansiedad que les provoca la falta de control en otras áreas. 

El problema de las narrativas anteriores es que no te permiten usar al dinero para lo que sirve realmente: para no preocuparte por dinero. El dinero es un personaje importante, de apoyo, en la obra de teatro de tu vida. Es el amigo que aparece a ayudar al protagonista cuando lo necesita. Pero no puede convertirse en el protagonista porque entonces la obra de teatro se arruina: tú eres el actor principal y el público ha pagado su boleto para verte a ti. 

El extraño caso de Ted Rodríguez

No te equivoques: los problemas de dinero no se resuelven con dinero. Y si no me crees, te voy a contar la historia de Ted Rodríguez. Ted tenía 45 años y llevaba dos décadas viviendo en las calles en E.U.A. cuando se encontró una maleta con $100,000 dólares. Fue puesta ahí por unos productores de televisión que le regalaron el dinero a cambio de seguirlo para un documental. Ted aceptó de inmediato y al principio no gastó mucho dinero: rento un cuarto de motel, pero después de años de dormir afuera, no pudo ajustarse y terminó durmiendo en el piso. Al poco tiempo se supo en las calles que Ted había recibido dinero, y le llovieron amigos y amantes. Como él era un tipo generoso, comenzó a regalar dinero por doquier. Incluso le compró automóviles a varios amigos. Ted se acabó todo el dinero en menos de ocho meses y regresó a las calles sin un dólar en el bolsillo. 

Hay un programa llamado GiveDirectly que opera con gran éxito dándole dinero directamente a los pobres sin condiciones, y en estos casos la gente no desperdicia el dinero: en general, lo utilizan para pagar colegiaturas, comprar techos, semillas, fertilizante, ganado o para iniciar un negocio propio. Si Ted hubiera recibido el dinero en mensualidades, posiblemente habría hecho un mejor uso de él, y te voy a decir por qué. 

A mi papá le gusta manejar muy rápido, y antes hacía muchos corajes cuando otros coches se le atravesaban. Mi mamá le dijo: “Es que entre más rápido vas, más se notan los errores de los demás”. Era cierto. Con una velocidad moderada hay tiempo de sobra para evitar accidentes. Pero cuando vas muy rápido, será evidente que mucha gente se cambia de carril sin espejear. En finanzas es igual: Entre más dinero se tiene, más grandes y notorios son nuestros errores y más fáciles de identificar son nuestros problemas psicológicos que “medicamos” con dinero. Ted necesitaba que lo quisieran y admiraran, y cuando tuvo mucho dinero lo usó para eso. Un poco de dinero cada mes no habría bastado para comprar la adulación de los demás, así que seguramente lo habría usado para evadir incomodidades como el hambre y la lluvia. 

Si tú te identificas con alguna de las narrativas anteriores, sientes que el dinero ha estado quitándote protagonismo en la historia de tu vida, o has terminado despilfarrando tus recursos cada vez que te sonríe la buena fortuna, es posible que requieras ayuda profesional. Busca un terapeuta con quien te sientas cómodo hablando sobre dinero. ¡Ya verás que será una excelente inversión! La terapia cognitivo conductual en específico suele tener buenos resultados cuando hay patrones de pensamiento que quieres cambiar. 

Paso 2: Por qué, por qué, por qué

Cuando alguien viene a mí para asesoría financiera, le doy una mini-terapia. Primero me dicen todo lo que quieren obtener: el crucero por el Caribe, la fiesta de quince años para la bendi, un cambio de coche, etc. Luego me dicen cuánto ganan, cuánto gastan, y cuánto deben. Si yo fuera una asesora financiera tradicional, trataría de apretujar todos sus deseos, los tradicionales y los exóticos, dentro de una cifra, y luego les diría que se pongan a trabajar en fin de semana, dejen de tomar taxis y salir a comer a restaurantes durante veinte años para poder lograr la meta. 

Pero no soy una asesora tradicional. Yo quiero saber qué necesidad real hay detrás de esa pantalla llamada “crucero” y “fiesta de quince años”. Y quiero saber, de entre la gran montaña de deseos, cuáles son importantes y cuáles no. Para ello uso la técnica del por qué. Tú también puedes usarla ahora mismo para descubrir tus motivaciones más profundas. Es muy simple, piensa en algo que deseas, luego pregúntate y respóndete por qué lo deseas al menos siete veces. 1. ¿Por qué quieres irte en un crucero? Porque quiero conocer el Caribe. 2. ¿Por qué lo quieres conocer? Porque me gusta viajar. 3. ¿Por qué te gusta viajar? Porque me olvido de mi vida rutina diaria. 4. ¿Por qué te quieres olvidar de tu vida diaria? Porque me aburre y me harta. 5. ¿Por qué te aburre y te harta? Porque mi trabajo es muy repetitivo y no tiene retos. 6. ¿Por qué es muy repetitivo y sin retos tu trabajo? Porque me da miedo buscar algo más difícil y quedarme sin ingresos. 7. ¿Por qué te da miedo buscar algo y quedarte sin ingresos? Porque no estoy seguro de poder hacer un mejor trabajo y no tengo ahorros que me den un tiempo para capacitarme y buscar algo más. 

¡Después de siete por qués hemos descubierto que en lugar de un crucero por el Caribe lo que necesitas es mayor confianza en ti mismo y un colchón de dinero para poder capacitarte en algo diferente a lo que haces y buscar otro trabajo! Guau. ¡Quién hubiera dicho! Estabas a punto de endeudarte con un crucero que te haría feliz un ratitito, pero ahora vamos a crear un plan que te ayudará a sentirte mejor en tu día a día. 

Paso 3: Decide adónde vas y cuánto invertirás

Antes de comenzar a invertir, es importante que tengas claro para qué y cuándo vas a usar el dinero que tienes invertido. Recuerda que no es recomendable invertir en Bolsa si piensas utilizar el dinero en menos de cinco años. Como escribí aquí, entre más tiempo falte para que requieras tu dinero, menos te afectarán los altibajos de la bolsa. 

Supongamos que tu objetivo de inversión es un retiro anticipado. Tienes veinticinco años y quieres retirarte a los cincuenta para poder dedicarte al fin a pintar, escribir, o tomar siestas envuelto en tu cobija de taco.

Cobija taco

En este caso primero calcula cuánto dinero en total necesitarás para lograr tu meta y luego ve desglosando cuánto es necesario invertir mensualmente para acumular esa cantidad. En este artículo hice varias simulaciones de cálculo para el retiro, pero son solo ejemplos sencillos que no contemplan el aumento en tus contribuciones para compensar por la inflación. Tú deberás contemplar este elemento. 

Si tienes un frasco donde quieres que quepan piedras grandes, piedras pequeñas y arena, primero deberás introducir las piedras grandes, lo más importante, y luego las pequeñas, y al final la arena, lo menos importante. Si no lo haces así, no te alcanzará el espacio. En la vida, hay tener mucho cuidado de no permitir que las minucias impidan que logres lo que más te importa.

Frascos
Imagen de: https://jackdunigan.com/

Por eso yo recomiendo que primero veas cuánto dinero necesitarás y después te preocupes de cómo lo obtendrás. Es decir, primero ten claro qué es más importante para ti, en este ejemplo, el retiro anticipado, y después de eso analiza tus ingresos y gastos y haz un plan para que puedas lograr el objetivo. 

Esto te permitirá tener presente lo importante cuando haces tu presupuesto: hay gastos que en el momento parecen atractivos, pero si los miras bajo la luz de tus prioridades y valores, pierden su brillo y resulta que pueden ser un obstáculo para lograr la vida que quieres. Si puedes tener un recordatorio visual de tu meta en casa, la cartera o en un lugar visible en tu lugar de trabajo, qué mejor. 

Si das clic aquí encontrarás una guía detallada para obtener tu índice de ahorro. Este índice te muestra qué tan costoso es tu estilo de vida y te puede servir como indicador de cuánto podrías invertir cada mes. Entre más ahorres cada mes más cerca estará tu meta, no solo porque estarás invirtiendo más dinero sino también porque te estarás acostumbrando a un estilo de vida más sencillo y fácil de mantener.

Ahora sí, partiendo de una narrativa sana sobre el dinero, un análisis profundo sobre lo que realmente deseas obtener con él, cuáles son tus prioridades y para cuándo se deben materializar, la próxima emisión veremos información técnica sobre instrumentos. Si te soy sincera, esa es la parte más fácil. El verdadero reto para invertir bien no es tanto escoger los instrumentos sino ser el dueño de tu vida y de tu mente para no dejarte llevar por miedos irracionales y deseos que no llevan a ninguna parte. 

Y ahora, cuéntame, ¿cuál es tu meta de inversión más importante?