Sirena Rojiazul

Por David Jáuregui

La silueta camina de la ventana a la puerta. Tres metros que bastaron para despertar la sospecha de la camioneta azul marino en la callejuela contigua. Los del vehículo fueron llamados por un vecino inopinado que vio al tipo desgarbado aparecer de la oscuridad, acercarse a la ventana del profesor y espiarlo largo rato. 

Primero, el vecino creyó que se trataba de un chaqueto pervertido, por lo que solo llamó como advertencia a los de la camioneta; pero ahora que el voyerista da unos pasos hacia la puerta, se apresura a indicarles que ahí está por cometerse un delito. Con una lamparita de láser rojo le apunta en la espalda al joven desentendido, hasta que lo ubican en la penumbra. 

Una sirena rojiazul se enciende con estridencia visual y sonora. Llama la atención de todas las casas cercanas, las cuales a su vez prenden sus luces interiores. La escena aparenta un robo, frustrado por la valiente y oportuna intervención de los agentes de la ley, que se supone mantienen el orden y protegen a la ciudadanía. Una vez más, piensa ingenuo el vecino que dio el pitazo, la fuerza de la ley ha salvaguardado nuestra seguridad. Satisfecho, cierra sus cortinas y se va a dormir.  https://ipstori.com/munchip/34

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