Alcanzar el clímax

Por David Jáuregui

La sala alcanzó el impase al que toda cumbre suele llegar. Seis cuerpos y medio que miran hacia ese punto de la pared que de pronto se vuelve interesantísimo. Está el tipo desgarbado, que vino a pedir que las transmisiones de electrónica reiniciaran. Traquetea sus dedos en el reposabrazos del sofá, el cual acordó con el profesor podía ser su asilo temporal. Después de que la policía lo confundiera con un ladrón y de un breve intercambio de presentaciones, el joven le pichó una idea tan exquisita que le ofreció incluso alojarlo para que la desarrollaran. 

Los gemelos se enclaustran en sus teléfonos creando una imagen simétrica. Sostienen sus pequeños portales con el mismo brazo que hincan en un costado de la silla; el otro lo tienen enclavado en su mandíbula mostrando su hastío. Ella fue la primera que notó la coincidencia en el parecido del tipo desgarbado con “el nuevo novio de su madre”, el otro tipo flaco que le queda en dirección recta al otro lado de la sala. El gemelo de la niña confirmó sus sospechas cuando, hace un par de horas, fue el mensajero fatuo que trajo las infaustas noticias: la madre tenía a un coshamigo nuevo, con el que se empiernaba seguido. Los hermanos fingen solo estar en el celular, mientras esconden sus pláticas por chat; se ponen de acuerdo en qué hacer en todos los posibles escenarios. https://ipstori.com/munchips/42

Tags