De esposas y deudas históricas

Por Sofía Rivera

Ser escritora nunca ha sido una tarea fácil, es cierto que la situación ha mejorado. Sin embargo, cualquier mujer que desea sobresalir sabe que debe esforzarse el doble que su contraparte masculina. Estamos relegadas a las tareas del hogar y a veces, condenadas a ser la “esposa de”. Nunca me sorprendí tanto, que el día que me hice consciente de que mayormente leía autores, fue en realidad porque en mis libreros las autoras brillaban por su ausencia. En retrospectiva no es tan sorprendente si considero que en literatura solo leímos a hombres: Homero, Lope de Vega, William Shakespeare, George Orwell e incluso a Carlos Fuentes. En ese momento no me pregunté dónde estaban las grandes escritoras, ni si existían. 

Las cosas han cambiado mucho desde que me gradué de la preparatoria. Virginia Woolf lo dijo mucho tiempo antes: anónimo fue a menudo una mujer. Me tardé años en interiorizar la frase y actuar respecto a eso. Me sentía en deuda con las mujeres. Era obvio que había grandes libros escritos por mujeres y yo, como parte del sistema, prefería leer hombres. Incluso si yo soñaba con ser escritora. ¡Qué contradicción tan grande querer ser la excepción de la regla que yo propiciaba! https://ipstori.com/munchips/46 
 

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