La otra voz


Por Jhon Valdés Klinger

Aunque podía hablar, elegí la mudez a los quince años. Fue en este punto de mi relación con el idioma que escribir se volvió una nueva manera de respirar. Lo que no sabía es que yo no era un bruto; muchos niños que están aprendiendo una lengua nueva tienen su periodo de silencio. Pero no todos los silencios son iguales, cada uno es difícil de describir. ¿Cómo se puede explicar la nada? Cada chico que está aprendiendo un nuevo idioma sabe exactamente cómo narrar su silencio. Es el silencio en forma de un signo de pregunta, un silencio cálido, curioso, torpe y desigual, es el silencio de ser el “otro”. 

¿Te acuerdas del tiempo antes de que pudieras hablar? Claro que no, pero los niños aprenden a comunicarse observando a los adultos alrededor. Nunca llamarías a un niño “pequeño bruto” por no hablar o por preferir la observación sobre el habla. Pero las expectativas para los chicos inmigrantes que están aprendiendo un nuevo idioma y que luchan por retener su cultura de origen son demasiadas. A los 15 años, después de estar viviendo en los Estados Unidos durante casi 8 años sin aprender inglés, le tomé pavor a la comunicación verbal. Le tenía miedo a los idiomas y las interacciones verbales eran una película de terror en mi mente. Las personas para mí eran un signo de pregunta que yo no podía contestar. 

En Nueva York vivía en una comunidad totalmente latina. Méxi-Heights, Dominic Wood, Colombihurts y otras partes de Queens, eran réplicas de nuestros países. Queens, NY, es como condensar cada país latinoamericano en un radio de diez cuadras. Vivir en Nueva York es como si las fritangas de Colombia me hubieran seguido desde mi país. De un bloque a otro podía ir de Colombia a México y terminar en la República Dominicana. Desde afuera, se escuchaba la mezcla de salsa con mariachi-cumbia. El inglés era un lujo en nuestra comunidad y, por lo mismo, afuera había una pared que nos bloqueaba las oportunidades. En la escuela, aunque hablaba español y cargaba con una arepa en mi lonchera, yo era el negro.
 

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