¿Qué pasaría si calláramos?

Por David Jáuregui

Una “cámara anecoica” es un cuarto completamente aislado de sonido, señales de radio y electromagnéticas, y reflexiones (“rebotes”) de ondas dentro de ella. Es decir, una habitación de silencio absoluto. Sin embargo, además de un espacio de relajación y meditación, puede ser un martirio. 

Punzadas cada vez más fuertes en los oídos; se escuchan al detalle los sonidos de tu cuerpo —latidos, gruñidos, pulsaciones—; de pronto, irrumpe la urgencia de salir. El silencio absoluto es, en el fondo, insoportable.

Es una obviedad, vale admitirlo, que la falta de voz o, incluso, de sonido en general, haría callar de miedo a más de alguno. El silencio en verdad puede ser insufrible. Y todo para qué, si el silencio termina abriendo las cajas más oscuras en poder de la tal Pandora. Da miedo porque hace enfrentar pensamientos. Así, termina siendo que, paradójicamente, en el silencio, se escucha y se habla mejor. 

De ahí que no se puedan considerar iguales todos los tipos de silencio. Hay algunos menos amables, otros más amenos. Quizá dependa de a quién o a qué esté suplantando. https://ipstori.com/munchip/11

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