Ziggy, 50 años de perder con optimismo

Foto: Especial

Por Francisco X. López

Tom Wilson, era un dibujante que trabajaba para American Greeting, una de las productoras de tarjetas de felicitación más grande del mundo. En 1966 creó a un rechoncho personaje, un elevadorista que compartía opiniones sobre los temas de actualidad, su intención era crear una tira cómica, pero no tuvo éxito. Un par de años después una segunda versión de su personaje apareció en un libro, When You’re Not Around y cuando este vendió 2 millones de copias, captó la atención de los editores. En 1971, Ziggy hizo su modesto debut en 15 diarios y en poco tiempo obtuvo su propia tira dominical y, a principios de la década de los ochenta, ya era publicado en 600 periódicos a nivel nacional y sus peripecias eran conocidas prácticamente en todo el mundo.

Con su perro Fuzz, su gato Sid y su loro Josh, el pequeño hombrecito que prácticamente carece de rasgos distintivos, a excepción de su enorme nariz, comenzó a retratar los absurdos de la vida diaria de un estadounidense citadino promedio. Sus chistes son sencillos directos y fáciles de entender, muchas veces sin necesidad de usar una sola palabra, a excepción de las tiras dominicales, donde sus desventuras tienen un mayor desarrollo.

Sobre su creación, Wilson decía: “Yo quería que Ziggy fuera un hombre pequeño en un mundo enorme, así como yo me sentía cuando era un niño. Por eso lo hice torpe e inseguro, pero también un gran observador y lleno de asombro”.

Curiosamente aunque su génesis le hizo pasar de las tarjetas de regalos a los cómics, es quizás en estas tarjetas, donde Ziggy consiguió popularidad y omnipresencia durante los años ochenta. Wilson demostró ser un visionario y consiguió licenciar a su personaje de todas las maneras imaginables, tarjetas, postales, camisetas, libros, botones, llaveros, pósters e incluso un especial de televisión. Ziggy estaba en todos lados, anticipándose a otros fenómenos como Garfield.

Wilson dibujó a Ziggy hasta que en 1987 le cedió las riendas a su hijo Tom Wilson II, quien hasta hoy continúa entregando un cartón diario a través de más de 250 diarios y la versión digital que puede leerse en GoComics.com, casi 19 mil cartones a lo largo de cinco décadas.

Para Lee Simon, jefe de la distribución de la tira, el secreto del éxito y la permanencia de Ziggy es “que no tiene una postura política, simplemente se enfrenta a diario con los mismos problemas que el resto de nosotros, diciendo: Ya lo resolveremos. No hay nada malo en ese mensaje; así fue en los 70, en los 80, en los 90 y el día de hoy”.

Y, precisamente, durante los meses del distanciamiento social, el pequeño narigón ha retomado fuerza, convirtiendo su optimismo a prueba de todo, en un bálsamo para millones de lectores que solo encontraban malas noticias.

Para Wilson II, Ziggy “es una lucecita que nos guía. Cada día trato de crear algo positivo de todo lo negativo que hay en el mundo, eso es lo que Ziggy ha hecho cada día de su vida. Para mi, como para el, a veces es difícil ver lo que vendrá, quizá se deba al tamaño de nuestras narices”.

Unos 75 millones de lectores diarios seguramente coincidirán con la idea de que el optimismo infantil es la mejor defensa en tiempos de incertidumbre. Ese es el poder de los cómics, no ser un simple escape a nuestros problemas, sino una ayuda para ver el otro lado de la moneda y hacernos recordar tiempos más simples.

Y, ustedes, amigos lectores, ¿cuándo fue la última vez que regalaron o recibieron una postal de cumpleaños o de buenos deseos? Tal vez es tiempo de retomar esa costumbre.