La meritita verdad de los seguros con inversión 

Foto: Flickr de amanda tipton CC [CC BY-NC-SA 2.0]

Por Edith Esquivel

Tan solo por estar leyendo esto, yo creo en ti. Y pienso que tú eres una persona por arriba del promedio porque te interesa dedicar un poco de tiempo a tus finanzas. Por lo tanto, no voy a ser condescendiente ni voy a subestimarte. Pero allá afuera, la mayoría de los artículos sobre seguros con inversión hacen precisamente lo contrario. 

Hace un tiempo entrevisté a Juan Luis Ordaz Díaz para hablar de su libro Tu hij@ puede ser millonari@, de la editorial Harper Collins. Pueden ver la entrevista al dar clic aquí. Su libro es excelente: entretenido y útil. Sin embargo, incluyó en una página los seguros con componente de inversión, y durante la entrevista le dije que no estoy de acuerdo. ¿Y quién soy yo para contradecir a un experto en finanzas que me supera por mucho en credenciales y experiencia? 

Es que la mayoría de los expertos dan consejos para una audiencia que subestiman. Imaginan que sus lectores no tienen un ápice de interés en la cultura financiera, que no ahorran, que todo se lo gastan en tonterías, que solo les importa disfrutar hoy y no les interesa el mañana, el tipo de personas que dicen “te pago de una vez porque si no me lo gasto”. Y por eso muchos expertos sí recomiendan el seguro con inversión, como nos explica Joan aquí.

Si quieres seguir leyendo publicaciones escritas para lectores con buen nivel, no olvides suscribirte a mi lista de envío. Puedes darte de baja cuando lo desees. 

https://sendfox.com/monederocondinero

Qué es un seguro con componente de inversión
El seguro con componente de inversión es eso: Es un seguro, y una inversión al mismo tiempo. Suena atractivo. Con un seguro de vida tradicional, tus familiares reciben el monto asegurado solamente si tú falleces (o en ocasiones cuando se te detecta una enfermedad terminal), pero con el seguro con inversión, parte de tu dinero se invierte durante el plazo contratado y al final recibes una cantidad acordada. Normalmente, los pagos se pueden hacer de manera mensual, semestral o anual. Es un producto popular porque parece conveniente y práctico, pero sobre todo porque hay muchos agentes vendiéndolo. 

Hay dos tipos, el dotal y el flexible. El seguro dotal tiene un plazo riguroso donde pagas una cantidad acordada durante diez o más años, y se utiliza para objetivos grandes como el retiro, la educación de los hijos o la compra de una casa. Siempre tiene penalizaciones monetarias cuando los plazos acordados no se cumplen. El seguro flexible en teoría es para el corto plazo y con condiciones muy variables en cuanto a penalizaciones y rendimientos. Sin embargo, en una búsqueda rápida que realicé en línea, solo encontré un producto de corto plazo. En realidad los seguros dotales a largo plazo son los más comunes en el mercado. Y los que con mayor probabilidad tratará de venderte un agente de seguros, como nos pasó a mi esposo y a mí. 

Por qué compré el seguro con componente de inversión

Tenemos un amigo que en ese entonces era agente de seguros de Inbursa y nos contó maravillas del seguro. Nos dijo que, si quedábamos incapacitados para trabajar durante el tiempo de cobertura, podíamos dejar de pagar y además recibiríamos el monto contratado en ese momento y lo volveríamos a recibir cuando terminara el plazo del contrato. Me imagino que a él eso le dijeron en la capacitación. Nosotros le creímos y en el momento no revisamos que el doble pago estuviera estipulado en el contrato. Cuando empecé a mejorar mi cultura financiera, me di cuenta de que esto no era verdad. 

Así que la primera lección que aprendí es que no importa cuánta confianza tengas con alguien, siempre hay que leer por completo el contrato y toda la documentación pertinente. Es muy común que los vendedores de un producto financiero te digan una cosa mientras que el contrato dice otra. Por ejemplo, mi suegra llevaba 10 años pagando su casa y cuando me dijo que el crédito era a quince años se me hizo raro porque los créditos hipotecarios suelen tener plazos mayores. Así que le pedí sus escrituras y efectivamente, su crédito era a treinta años. Si adquiriste un producto financiero y nunca leíste tu contrato, te invito a hacerlo ahora. ¡Más vale un buen susto a tiempo que uno a destiempo! 

Por qué decidimos cancelar el seguro con componente de inversión
Sin embargo, descubrir que una mentira nos llevó a contratar el seguro no fue la razón por la cual dejó de interesarnos. La razón fue simplemente que adquirimos cultura financiera y vimos que teníamos entre manos no una solución, sino un problema. 

En primer lugar, estos seguros suelen estar diseñados para durar solamente durante un periodo específico y no puedes transferirlos o renovarlos. Entonces, si tu póliza de vida te cubre solamente hasta los 65 años, por ejemplo, y quieres estar asegurado durante el resto de tu vida, necesitarás adquirir otro seguro de vida que en ese momento podría ser mucho más caro debido a que lo estás contratando a una edad más avanzada. O si tu situación de salud ya no es tan buena, podría ser que ya ninguna aseguradora te cubra.

Ahora bien, hay seguros sin plazo fijo. Por ejemplo, encontré este que puede ser vitalicio y tiene un componente de inversión. Pero incluso en este caso no convienen, porque hay otras grandes desventajas que todavía no te cuento. 

Rendimientos bajos y falta de transparencia
Además de altas comisiones, estos productos tienen bajos rendimientos. En el caso de mi seguro dotal, hice cuentas y casi me da el soponcio cuando vi que los rendimientos eran absolutamente inaceptables y ridículos. ¡Imagínate! ¡2% de interés anual en un plazo que va de los diez a los treinta años! La inflación promedio en aquellas épocas (cancelamos hace como ocho o diez años) era del 4% o 5%. Pero ahora anda por el 7% y 8%. Supuestamente este es solo el rendimiento garantizado, pero aseguran que podría ser más porque ellos invierten tu dinero. Sin embargo, la inversión en renta variable (bolsa de valores) está topada al 20% de tu portafolio debido a las reglas impuestas por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. Esto significa que difícilmente lo invertido podrá tener rendimientos adecuados. En los cuatro años que tuve el producto nunca recibí más del interés garantizado. Y estos seguros no se caracterizan por la transparencia, así que como no sabíamos en qué estaban invirtiendo nuestro dinero, no teníamos tampoco información como para reclamarles por qué no estábamos recibiendo más. 

Como el rendimiento era menor a la inflación, estábamos perdiendo. “No está perdiendo dinero porque está recibiendo un seguro”, nos dijo la señorita que nos atendió en Inbursa para tramitar nuestra cancelación. Pero aquí viene la segunda lección financiera, que en esa época ya conocía yo muy bien. No te confíes de información que provenga de personas que tienen un conflicto de interés. A la empleada, el banco le paga para decirme lo que le conviene al banco, no lo que me conviene a mí. Adicionalmente, posiblemente ella de verdad cree lo que me está diciendo. Dado que la mayoría de la población carece de cultura financiera, normalmente la mayoría de los asesores financieros obtienen sus conocimientos directamente de la institución que los contrata. Por eso suelen vender con convicción y buenas intenciones productos horrorosos. Siempre, siempre investiga los productos por tu cuenta. 

Costo de oportunidad
Entonces, para calcular el costo de oportunidad hice cuentas para saber cuánto dinero tendría en el futuro si continuaba con el seguro dotal, y lo comparé con cuánto dinero tendría si lo cancelaba y seguía invirtiendo la misma cantidad por mi cuenta, en un portafolio balanceado. Aunque mi seguro dotal duraría solamente 15 años, el objetivo de la inversión era el retiro, y mi retiro estaba a 30 años de distancia. Así que, en mi simulación, el dinero que me daría el seguro dotal a los 15 años y el dinero que tendría por mis inversiones independientes a los 15 años fue “simuladamente” puesto en inversiones independientes durante 15 años más. También incluí en el cálculo el costo de un seguro de vida independiente en la simulación sin seguro dotal, y consideré el dinero que perdería por el “valor de rescate” fraudulento de Inbursa (más al respecto adelantito). ¡Si cancelaba el seguro dotal, 30 años más tarde tendría varios millones de pesos más en mi bolsa! ¡Millones! Saber esto me dio valor para cancelar, porque créanme que no es bonito cancelar tu seguro. 

Para conocer el costo de oportunidad de cualquier inversión, ya tienes en mi blog toda la información que necesitas. Sabes que puedes invertir sin comisiones y con bajo riesgo en cetesdirecto. Pero también sabes que es necesario mezclar estas inversiones con inversiones de capital variable con bajas comisiones. Y lo más importante: sabes qué rendimientos son aceptables, y cuáles son ridículos. 

Las penalizaciones son toooodo un caso para la araña
Cuando quieres cancelar un seguro dotal hay penalizaciones. Cuando mi esposo y yo contratamos nos mostraron una tablita que contenía el llamado “valor de rescate”, es decir, el dinero que te devuelven si quieres cancelar antes de que termine el plazo de la póliza. Pero cuando acudimos a Inbursa cuatro años después para cancelar, nos mostraron una tablita muy muy diferente. 

Y no me refiero a los montos. Levanté una queja ante la Condusef y les expliqué que aunque los montos varían debido a varios factores, no hay razón para que sus porcentajes cambien de manera tan drástica. La proporción debería mantenerse. No recuerdo bien los montos, pero les daré un ejemplo simulado. Digamos que cuando contraté, la tabla decía que para el año cuatro yo habría pagado un total de 50 000 pesos y el valor de rescate era de 40 000. Una recuperación del 80% del monto aportado. Cuando fui a cancelar, yo había pagado un total de 50 000 pesos y ellos decían que les tocaba devolverme únicamente 25 000. ¡50% del monto aportado! 

Por razones personales ya no pude darle seguimiento al caso con la Condusef, pero de cualquier modo la cosa pintaba estar en mi contra, porque resulta que en México no hay legislación que regule la comisión por penalización en estos productos. ¡Pueden hacer lo que quieran! Y no hay forma de saber qué harán hasta que estés en esta situación, porque al contratar no te van a decir que cuando canceles te cambiarán la tabla, ¿verdad?. El hecho es que la ley no les impide regresarte lo que se les dé la gana y eso me molesta. Los bancos no tienen fama de hacer lo correcto voluntariamente. 

Una mejor opción
Yo no soy la única persona que desaconseja estos productos. Y Joan Lanzagorta tampoco es fan, como pueden leer aquí. Joan comenta que estos productos son para personas con poco autocontrol y una alta aversión al riesgo. Sin embargo, yo agregaría que si tienes este perfil de todas maneras te conviene más CetesDirecto. Tiene menor riesgo, pues el gobierno de un país es más estable que una institución bancaria. Si eres de esas personas que de plano no pueden controlarse con el dinero y se lo gastan si lo tienen a la mano, CetesDirecto tiene la opción de retirar automática y periódicamente el dinero de tu cuenta para que ni lo veas. Ahora bien, una vez en Cetes, puedes adquirir bonos con diferentes periodicidades, desde disponibilidad diaria, a un mes, tres meses, seis meses, un año, tres años, cinco años, diez años, treinta años y ¡hasta cien años! Y en CetesDirecto puedes tener absoluta certeza jurídica en caso de que necesites tu dinero antes de que termine el plazo del bono. 

En resumen
Los seguros con inversión son muy caros para ser un seguro y dan muy pocos rendimientos para ser inversión. Te dejan sin acceso a tu dinero durante plazos demasiado largos, y si tienes cualquier eventualidad y debes cancelar, la ley no te protege para que la penalización sea acorde con lo que se te ofreció al contratar. 

Y con eventualidad no necesariamente me refiero a perder el empleo o una enfermedad grave. Quizás tu “eventualidad” será parecida a la mía: crecer como persona, aprender más sobre finanzas y darte cuenta de que es un producto malo y que ya no eres la persona aterrorizada por el riesgo, ignorante de las inversiones y sin el hábito del ahorro que firmó ese contrato inconveniente. 

Mientras tanto te doy un consejo: nunca jamás inviertas en algo que no comprendas perfectamente. Si todavía no tienes seguridad en tus conocimientos financieros, invierte en CetesDirecto mientras aprendes un poco más y no hagas nada apresuradamente. 

Y tú, ¿has tenido malas experiencias con asesores financieros o agentes de seguros? Compártelos en los comentarios o escríbeme a mimonederocondinero@gmail.com. Y no olvides suscribirte a mi lista de envío https://sendfox.com/monederocondinero